Estoy cansada de oír, a estas alturas de la película, “Yo no soy feminista, porque estoy en contra del machismo y del feminismo”. Por favor, ¿seguimos con la misma cantinela? Al principio me daba vergüenza, pero hoy por hoy la comparación me produce pavor.
A quienes son tan adictas y adictos a la RAE, les dejo aquí la definición que dicha institución hace de estos términos en su diccionario:
Machismo: 1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.
Feminismo: 1. m. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. 2. m. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.
Aclarado esto – que parece que no todo el mundo tiene claro-, creo que sobra decir que la humanidad entera debería ser feminista: mujeres y hombres deberían tener el deber moral de autoproclamarse feministas. Yo no digo que todos tengan el deber moral de luchar activamente por el feminismo, no; pero sí de estar totalmente a favor de que se nos conceda a nosotras, las mujeres, las mismas capacidades y los mismos derechos reservados antes a los hombres.
Y aquí quería yo llegar. Porque la misma RAE se contradice en su ilustrísimo diccionario. Y que conste aquí que yo soy una mujer feminista que siempre se ha guiado por el DRAE al escribir. El DRAE ha sido para mí un diccionario al que le he conferido mi máxima credibilidad. Sí, hasta ahora ha sido así. Difiero de la Academia en el uso del lenguaje sexista – no cabe la menor duda-, pero considero una necesidad (para quienes escribimos) unificar criterios y acepciones en pro del buen escribir.
Y es por ello que considero indignante el circo al que les voy a invitar ahora mismo. O tal vez todo se explique a través de las palabras que el señor Víctor García de la Concha (actual director del Instituto Cervantes) dijera cuando aún era Director de la RAE: “La Academia no pretende ser ni machista ni feminista”. Pues dígame usted dónde se sitúa la Academia, si no está ni en un bando ni en otro.
¿Aquí tal vez? Veamos…
– Huérfano: 1. adj. Dicho de una persona de menor edad: A quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre.
Uff, pues qué faena. En cuanto me enteré corrí a llamar a una amiga que acababa de perder a su madre para decirle que dejara ya de llorar tanto y que no se preocupara, que mientras su padre viviera no era tan huérfana. Un poco sí, pero no mucho. Obviamente me colgó el teléfono enfadada. Creo que no lo entendió muy bien. Decidí entonces enviarle por mail la definición del DRAE. A mí normalmente me funciona: cuando no entiendo algo, lo busco en el diccionario. No sé el final de la historia. Nunca más he vuelto a saber de ella.
– Gozar: 1. tr. Tener y poseer algo útil y agradable. Gozar de sus riquezas. 2. tr. Tener gusto, complacencia y alegría de algo. U. t. c. prnl. 3. tr. Conocer carnalmente a una mujer.
Bueno, aquí yo podría incluso dar la razón a la Academia, pues lo cierto es que a mí, como lesbiana, el verbo “gozar” me evoca, entre muchas cosas, a la mujer. Si no fuera por el carácter terriblemente machista de la acepción, podría incluso esbozar una sonrisa cómplice. Pero no es el caso, por desgracia.
– Jueza: 1. f. Mujer que desempeña el cargo de juez. 2. f. coloq. p. us. Mujer del juez.
– Alcaldesa: 1. f. Mujer que ejerce el cargo de alcalde. 2. f. coloq. Mujer del alcalde.
¿Mujer del juez? ¿Mujer del alcalde? Ni coloquialmente, ni de broma. No hace ninguna gracia, fíjese usted, Sra. RAE. Y prefiero no pensar en qué contextos pudiera usted utilizar coloquialmente cualesquiera de estas dos expresiones.
– Babosear: babosear. (De baboso). 1. tr. Llenar o rociar de babas. 2. tr. coloq. Ur. humillar (‖ herir la dignidad). 3. intr. coloq. Obsequiar a una mujer con exceso.
Me pregunto: ¿La 3ª acepción es un ejemplo de la 2ª? Pareciera, ¿no?
– Afeminar: Hacer que un hombre pierda la energía atribuida a su condición varonil; inclinarle a que en sus modales y acciones o en el adorno de su persona se parezca a las mujeres.
– Masculinizar: 1. tr. Dar presencia o carácter masculinos a algo o a alguien. Determinadas modas actuales masculinizan a la mujer. 2. prnl. Adquirir caracteres masculinos.
Lo cierto es que daría para una tesis las posturas desde las que se han definido uno y otro verbo. “Afeminar” parece casi un insulto. No pasen por alto el ejemplo de “masculinizar” y fíjense que con “afeminar” no se atreven a poner ejemplo. ¿Queda lo suficientemente claro en la definición o supone una vergüenza? Ya sé que me van a responder que, obviamente, es por el primer motivo. En ese caso, ¿es necesario el ejemplo de “masculinizar”? ¿No se les ocurría otro?
– Ventanero / -a: 1. adj. Dicho de un hombre: Que mira con descaro a las ventanas en que hay mujeres. U. t. c. s. 2. adj. Dicho de una mujer ociosa: Muy aficionada a asomarse a la ventana para ver y ser vista. U. t. c. s. 3. m. Fabricante de ventanas.
Estarán de acuerdo conmigo en que aquí sobran los comentarios, ¿verdad?
¿Apuesta la RAE por la igualdad entre hombres y mujeres? Pues, tristemente, esto es solo una pequeña muestra de las muchísimas entradas denigrantes hacia la mujer con que cuenta el DRAE. Ahora les toca a ustedes juzgar personalmente.
Hace un par de días cayó en mis manos un interesante artículo de Pilar López Díez que les enlazo aquí. Fue ese artículo el detonante del mío. Creo, considero, opino que el primer paso para avanzar podría ser el de incluir en el diccionario el verbo empatizar. Asimilar este concepto podría ser un buen comienzo.
Buenísimo. Lo difundo!!!
Muchas gracias, Yoss!! 🙂
:O mejor que lo dejen en que «no son feministas», alucino…
Hay un error en la base argumental de bastantes opiniones que acusan de machismo a la Academia Española que las invalidan radicalmente. Y es que parten de una falsa premisa: la RAE impone el lenguaje.
Los diccionarios de la lengua recogen los vocablos del HABLA y ESPECIFICAN el SIGNIFICADO que EL PUEBLO les otorga UNA VEZ QUE ESTÁN CONSOLIDADOS en un colectivo de hablantes. Para comprobarlo, basta con mirar la variación en las acepciones de una misma palabra en el transcurso de los siglos y de las ediciones (desde 1726 hay unas cuantas).
Y esto lo debería conocer mejor que nadie una escritora. Por eso no vale su razonamiento.
Una muestra. Efectivamente, por “alcaldesa”, quienes hablamos entendemos “mujer que ejerce la función de alcalde”, pero, nos guste o no, en el lenguaje coloquial de muchísimos hispano-hablantes, o en contextos específicos determinados, también nombra a la “mujer”, “esposa”, “compañera”, “pareja”, “amiga” o “amante” (que no sé cuál es el término adecuado para no ser tachado de cavernícola retrógrado en los tiempos que corren), del alcalde.
¡No, señora escritora, no! La RAE no es machista ni feminista, porque no obliga a nada.
Su objetivo no es ideológico. No marca a nadie con un calificativo peyorativo, ni lo descalifica si se aparta de determinadas imposiciones idiomáticas administrativas o de grupos de interés. Eso lo hacen otros, olvidando que el leguaje es un proceso social vivo, en evolución continua hacia formas más simples y precisas que faciliten la codificación de pensamientos, sentimientos o ideas. Y no al contrario.
La RAE muestra, simplemente, el catálogo de significados de los signos lingüísticos, que creamos nosotros, consensuamos nosotros y variamos nosotros. Esos con los que elaboramos los mensajes comunicativos cotidianos.
Su intencionalidad no es otra que la de facilitar una interpretación correcta, sin distorsiones ni malos entendimientos.
No desespere, doña Kika, ya verá que, a poco que nos esforcemos, en una próxima edición ya aparecen las entradas “miembra”, “motoristo”, “jovenas”, “jirafo” “padres/madres” y “niñ@“.
¡Ah! Y habrán desaparecido de nuestras reglas idiomáticas los géneros común, epiceno, neutro y ambiguo. Todos nuestros conceptos, tengan o no sexo, serán entonces masculinos o femeninos.
La gente cree que los diccionarios no tienen ideología y la tienen y muuuucha. Es espeluznante, denigrante, insultante, indignante… Sin duda, este diccionario es una ofensa a la inteligencia y a las mujeres. Os recomiendo a la filóloga Eulàlia Lledó, una mujer que lucha contra DRAE y marea para que el diccionario limpie las barbaridades, fije conceptos no sexistas y de esplendor a una obra absolutamente trasnochada.
Vamos a ver, si vuelves a leer mi comentario olvidando los prejuicios, comprobarás que la tesis defendida en él pasa por afirmar que ni la RAE, ni nadie, y ese “nadie” incluye a muchas personas e instituciones ideológicas con menos preparación que la Academia y sin más legitimidad que la que ellas mismas se atribuyen, pueden, aunque se esfuercen, imponer una norma de lenguaje.
La lengua la hacemos los hablantes y nos regimos por leyes de máxima eficacia y mínimo esfuerzo. Por eso existen lenguas vivas y lenguas muertas. Por eso el uso de las preposiciones acabó con la declinación latina y la sencillez gramatical del inglés lo ha convertido, de forma natural, en el vehículo de comunicación universal. Y ahí se encuentra precisamente el punto débil del lenguaje no sexista. ¡Complica hasta límites insostenibles el intercambio de mensajes comunicativos! Y por eso su generalización solo se puede conseguir por la vía de la imposición, lo que pretenden sindicatos y políticos, no la RAE.
Otra cosa. Te apoyas en Eulàlia Lledó. Nada que objetar sobre la persona ni su trabajo. Pero de ahí a considerarla referente de autoridad más allá de su derecho a expresar una opinión tan válida como la mía, media un abismo. Yo no soy nadie y tengo un historial académico, profesional e investigador tan brillante, al menos, como el que describe en su portal web, único medio que he tenido para conocer algo de su trabajo.
– Si la RAE no impone el lenguaje y no obliga a nada ¿a qué viene sacar un informe sobre las guías de uso no sexista del lenguaje para «imponer su criterio»? ¿No son estas guías creadas por el pueblo, y muestra de un cambio en el lenguaje de sus personas? ¿O es que «en el pueblo» no existen las mujeres?
Por otro lado, usted dice «La RAE muestra, simplemente, el catálogo de significados de los signos lingüísticos, que creamos nosotros, consensuamos nosotros y variamos nosotros. Esos con los que elaboramos los mensajes comunicativos cotidianos.»
Dígame, ¿en nuestros mensajes comunicativos cotidianos no hace muchos años que está el vocablo «internet»? De hecho, si usted escribe aquí es gracias a «internet», una realidad de la que, como le digo, hablamos mujeres y hombres desde hace años. ¿Cuál es el motivo por el que la RAE no lo incluirá hasta su próxima vigésima tercera edición http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&LEMA=internet? No existe desde hace demasiado tiempo?
Al igual que las mujeres, que aunque no se nos nombre, existimos.
Pero, ¿por qué tanta agresividad? ¡Claro que existe la mujer! Adoro y respeto profundamente a mi esposa, no sabría vivir sin ella, y a mi hija. Admiro a mis compañeras que ocupan el puesto que desempeñan por su esfuerzo, preparación y trabajo, y no por hacer número en una cuota. Y me preocupan mis alumnas. Y por ellas malgasto mi tiempo aquí. Porque entre unos y otras las confundimos, desorientamos y ponemos trabas a su desarrollo y formación.
Veo dos problemas en este asunto. El primero es que hablamos, yo al menos, de lengua, de comunicación entre seres humanos, y no de otra cosa.
Y la comunicación es lo que nos ha hecho ser lo que somos. Tal vez sea un defecto mío, deformación profesional justificada porque una de mis líneas de investigación ha sido esa, la historia del lenguaje y la escritura desde las pinturas rupestres hasta este foro en que discrepamos.
Y la lengua, confirmo, es patrimonio del pueblo, de todo el pueblo. Desde Saussure, hace un par de siglos ya, ¡cómo pasa el tiempo!, es aceptado por todas las ideologías progresistas y medianamente cultas que somos los hablantes quienes acordamos atribuir un significado a los significantes que utilizamos. ¿Quién ha sacado a las mujeres de ese colectivo de pueblo hablante?
El lenguaje que defiende con tanto ahínco no es el que utiliza mi alumna, ni su madre, en clase. Cuando habla de lo que ha hecho la “panda” en el “finde” dice: “nosotros les vimos a ellos cuando salieron”, ningún parecido con “nosotros y nosotras les vimos a ell@s cuando salieron”. ¡Y me siento incapaz de reproducir cómo puede quedar el mensaje si el canal utilizado es un móvil!
Su pretensión, le guste o no, es la imposición de un grupo de presión para alcanzar unos intereses legítimos. ¡Y otra vez la discusión sobre si el fin justifica, o no, los medios! Lo malo es que se descalifica a quien objeta del medio, aunque comparta el fin. Y lo peor, ¿sabe qué es?, y este es el segundo problema, ¡que la mayor parte de aquellos/as que descalifican no han leído el informe de la Academia! Son demasiados/as los/las que se limitan a reproducir consignas y argumentos inventados por otros/as.
Es tarde. Otro día, si quiere hablamos de su argumento de Internet, porque, le aseguro que para mí usted existe y no es invisible, por eso me importa lo que piensa.
Un saludo.
Estimado y nunca suficientemente bien ponderado Sr. Profesor.
Empezaré citando a su colega Eulàlia Lledó en su estudio “Las miradas cruzadas dos visiones sobre una muestra del Diccionario de la Lengua Española”:
“Mientras contabilizábamos la representación simbólica de la mujer en el DRAE y efectuábamos el análisis que figura en la primera parte, íbamos constatando algo que va mucho más allá del hecho (ya de por sí destacable) de que la existencia y la experiencia femenina que corresponde a más del 50% de la humanidad, no está adecuadamente representada en el DRAE. Ese «algo» al que aludimos es el hecho de que el Diccionario no sólo está empapado de un cierto sexismo y androcentrismo, como nuestra experiencia nos hacía intuir, sino que su tratamiento de mujeres y hombres lo convierte -si bien en menor medida que las ediciones anteriores- en un repositorio de la ideología patriarcal. Este convencimiento fundamentó la necesidad de realizar la segunda parte del trabajo, con el objetivo de des-velar la ideología que sustenta el Diccionario y des-construirlo como texto ideológico. Es lo que se intenta llevar a cabo en la segunda parte («Ideología e intervención humana en la confección del DRAE»), cuya realización corresponde a Mercedes Bengoechea”
Permítame que discrepe profundamente con usted, a pesar de tener un brillante historial académico, profesional e investigador que desconozco porque se escuda en un nickname (o pseudónimo, vocablo que sí recoge el DRAE). A pesar de no conocer su obra, no por ello consideraría que usted no tiene ninguna autoridad, como se desprenden de sus palabras hacia una mujer que tengo en gran estima como Eulàlia Lledó, a la que toda la RAE y sus estimados referentes ignoran. Desde aquí le animo a que la lea y consiga entender qué es lo que estamos discutiendo y reivindicando.
Creo que su base argumental es contradictoria, mezcla conceptos según su interés y es irrespetuosa con la autora del blog (es palabra sale en el DRAE?) y sus lectoras, por su condescendencia y por la creencia acérrima de que usted tiene la verdad absoluta, que como bien sabe, Sr. Profesor, es un mal camino para cualquier persona y más para un docente que debe aspirar a perfeccionar sus conocimientos y a transmitir valores éticos, de tolerancia y de igualdad.
Corríjame si digo una barbaridad, pero los vocablos no pueden ser despojados de su significado. Porque como usted sabe, pueden tener múltiples significados…
Así pues, la RAE ni NADIE puede, como usted dice en una de sus respuestas –cito sus palabras- “facilitar la interpretación correcta para evitar distorsiones y malos entendidos”. Eso confirma nuestra teoría… La excelentísima RAE no solo sigue la estela androcentrista, patriarcal y heterosexista, no obliga, no, ¡adoctrina!, que es aún más grave…
Yo, como huerfanita simbólica de madre y padre, he experimentado desde siempre que LO QUE NO SE NOMBRA NO EXISTE. Y eso pasa también con los sentimientos…
Insisto, la RAE debería: LIMPIAR las espeluznantes impurezas, FIJAR conceptos éticamente respetuosos y no sexistas y dar ESPLENDOR a una lengua que es ideológicamente tendenciosa.
Permítame, por último, que una humilde mujer, aspirante a escritora de segunda y que pide ser reconocida por el lenguaje que emplea –¡qué desfachatez!-, le recomiende una bibliografía imprescindible antes de meterse en este berenjenal. Le copio unos links (aishhh, enlaces!!! Que la DRAE no contempla esa palabreja, me cachis!!!!):
http://www.mujerpalabra.net/pensamiento/lenguaje/eulalialledocunill/lengua_gnral.htm
http://www.mujerpalabra.net/pensamiento/lenguaje/eulalialledocunill/manuales.htm
http://www.mujerpalabra.net/pensamiento/lenguaje/eulalialledocunill/coeducacion.htm
Artículos de prensa:
http://blogs.elpais.com/mujeres/2012/03/el-informe-de-la-rae-el-error-humano-y-la-evoluci%C3%B3n-de-las-lenguas.html
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/02/actualidad/1330717685_771121.html
Y por último le recomiendo un vídeo, que es más cómodo que leer un poquito:
http://www.youtube.com/watch?v=khORiNmjoWE&feature=youtu.be
Y de regalo un blog recomendado:
http://sin-sexismos.blogresponsable.com/2007/06/recursos-artculos-y-opinin.html
Todo sea para que todas y todos rompamos rigideces y totalitarismos. Aunque tengo la intuición –femenina- que usted y yo no llegaremos a entendernos nunca… Y eso me entristece hasta límites insospechados… Pero la vida de una mujer es muy dura.
Espero ansiosa su ilustrada respuesta. Necesito que me iluminen, estoy muy perdida… Lo sé. Mientras, me voy a tomar un carajillo (palabra que tardó siglos en ser incluida en el DRAE, a pesar de que la mayoría del pueblo, lo toma habitualmente charlando en el bar con sus amigotes, mientras sus alcaldesas les hacen la cena).
Atentamente,
Otra mujer invisible, muy ventanera y a la que le gustan mucho los excesos mujeriles
AUSENCIA DE GUERRA: «Angarmegia» usa un nick, sí, pero si pinchas en él accedes a su página web con nombre y apellidos.
Yo, como también (pero muy modesta) linguista comparto casi todos los argumentos del «profesor» y, dentro de mi maldita moderación, la verdad es que no le veo mucho sentido a la guerra contra el DRAE, aparte de que ya desde mis lejanos tiempos universitarios siempre lo «desechábamos» en algún sentido porque los académicos tardan mucho en decidirse a incluir una nueva palabra, y nos íbamos al Moliner. Pero esto ya es otra historia.
Cuando la ministra de olvidado nombre empezó con lo de «miembras», tengo que reconocer que me quedé atónita. Me fui al diccionario a buscar «miembro» y en su acepción nº 7 encontré: «… com. Individuo que forma parte de un conjunto, comunidad o cuerpo moral». Me fui a buscar «individuo» y encontré en su acepción nº 5: » …m. Persona perteneciente a una clase o corporación. Individuo del Consejo de Estado, de la Academia Española…»
PERSONA: es lo que me dejó «tranquila» porque personas somos todos.
No he visto los links que pones, aunque los he guardado, y que supongo serán muy interesantes, pero mi lucha va en estos momentos por otros derroteros, sin despreciar EN ABSOLUTO la labor que hacen mujeres como las que citas.
Por otra parte , y hablando EN GENERAL, pienso que la agresividad y las ironías facilonas deberían dejarse aparte y dejar que el estupendo blog de Kika se llene de comentarios de todo tipo, respetando las distintas opiniones que cada cual pueda tener.
Saludos.
Estimada ISA,
Gracias por tus apreciaciones y tu interés por las referencias aportadas.
Sin embargo, me produce una profuna tristeza que consideres mis comentarios agresivos y de una ironía facilona…
Creo que deberías releer el tono de la primera opinión de Angarmegia para comprobar si mi respuesta es tan desmesurada…
Respecto vuestros puntos de vista sobre la inutilidad de luchar en contra del DRAE discrepo, como comprenderás, con contundencia porque es un tema sensible y en el que muchas mujeres luchan de forma incansable sin que tengan el menor reconocimiento y lo que es peor, reciban descalificaciones como las del estimado Sr. Pérez-Reverte.
El lenguaje para mí es mi manera de relacionarme con el mundo, también es un reflejo de una sociedad que degrada muchos valores-personas-ideas y debemos intentar que sea cuidadoso y respetuoso con todo@s.
Saludos cordiales.
:
AUSENCIA DE GUERRA: nooooooooooooooooooo, el comentario lo he hecho EN GENERAL. No te quepa duda que si me hubiera referido a ti, quizás, te lo hubiera dicho directamente o callado, que no me gustan las controversias en estos temas pues es muy dificil ponerse de acuerdo.
Lo dije porque soy bastante lectora de blogs que ERAN estupendos y los acabaron cerrando por enfrantamientod encarnizados porque hay temas muy viscerales en los que nunca NADIE va a convencer a nadie.
Besos
Si en algo te has podido sentir ofendida, mis disculpas por adelantado. No soy de enfrentamientos: si algún tema me parece interesante intervengo y si no, paso y SOBRETODO valoro todas las opiniones y, como ya he dicho más e una vez, admiro enormemente a las personas coo vosotras que nos hacéis más fácil el camino a las demás mujeres, que por cobardía, falta de convencimiento total, etc., pues nos estamos más quietas.
ISA, disculpa si me he apropiado de una crítica general que no iba dirigida directamente a mí (afortunadamente!!). Es que soy muy egocentrista 😉
Tienes razón, es una verdadera pena que se cierren blogs estupendos por temas personales o enfrentamientos encarnizados. Y no quiero que se vuelva a repetir.
Además estoy de acuerdo contigo. Sé que el Sr. Profesor (Antonio para l@s amig@s) y yo no nos entenderemos (en este tema) nunca…
Pero tenemos el derecho de discrepar, polemizar y defendernos si es necesario. Con contundencia y proporcionalmente al tono utilizado. Yo también sé ser civilizada.
Me alegro de que contigo las letras no hayan llegado al río 😉
Un abrazo.
Después de leer el primer mensaje de Ang. («Hay un error en la base argumental» !! 😀 suena bien, pero cómo sigue! menudo lío) me pregunto si habrá estudiado Filología o Lingüística. No concibo que haya llegado a la Lingüística, pero hay gente que comprende muy poco de lo que estudia. De Filología me lo creo más, dado la cantidad de profes que no han podido comprender nunca a fondo o en realidad lo que implica todo lo que ocurrió en el mundo del conocimiento a partir de que Ferinand de Saussure abriera una puerta.
Menudo lío mental, atribuirle descriptivismo a una institución cuya naturaleza desde siempre y por elección es prescriptivista (por más que ahora disimule emulando el método científico, que ni usa ni quiere usar, como ya nos ha demostrado desde hace décadas). Naturaleza que, consecuentemente, les ha dejado fuera del estudio científico (descriptivista) de la lengua, que es lo que hace la gente de Lingüística, no la gente de la RAE.
Justamente, el prescriptivismo SÍ REPRESENTA A LA RAE (al parecer, la gente no entiende lo que lee: la RAE lo pone en todas sus publicaciones: lo que PODEMOS y no podemos decir (y preguntadles cuál es el criterio de selección de los préstamos, por qué tratan como tratan a palabras en uso y por qué otras las «aceptan» tan rápido: recordemos lo pesados que se pusieron para aceptar, uno de ejemplo, «sandwich» (que todo el mundo sabía ya de sobra que no es lo mismo un sándwich que un bocadillo) y lo fácil que aceptan términos de ropa íntima femenina y los de internet, claro), y tira de la ignorancia del «pueblo» para que sus falacias varias tengan eco.
La RAE está fuera de la LINGÜÍSTICA MODERNA (bueno, hay quienes con más bondad que la mía dicen: tiene que encontrar su lugar, que no es dónde se cree estar, en esto hay consenso) y como ésta se basa en el estudio científico del lenguaje, la RAE y su patético (ideologizado) diccionario no tienen lugar. (Sobre las tristes «adaptaciones» sin método que ha procedido a hacer la RAE para parecer científica no voy a entrar ahora, porque hoy me dan mucha pena.)
La propuesta desde la Lingüística podría ser: que se dediquen a diccionarios etimológicos, seguro que eso lo harían bien! (esperemos!), pero que dejen ya de incorporar patéticamente y parcialmente y mal, los métodos científicos de la Lingüística para «colar» el diccionario, porque lo hacen muy mal (está demostrado en varias publicaciones) y ya está demostrado si se usan varios diccionarios para conocer a fondo por quél el DRAE es una anacronismo sin salvación.
Y por cierto, ¿de dónde sacan el dinero para los recursos que tienen cuando allí donde sí se aplica el método científico para el estudio del lenguaje no hay un duro?
(En Reino Unido, por ejemplo, donde los diccios son tan buenos, no hay RAEnígenas, son libres, y por eso los diccios son tan buenos: porque los hacen lingüistas!, no DRAEnígenas).
Lo gracioso del tema es que este «debate» se da sólo en el «pueblo», no en los círculos de conocimiento y estudio. El pueblo, curiosamente, que siempre ha sido despreciado por la RAE (fue la Ling. Moderna la que planteó, por decirlo de alguna manera, que se le debe un mínimo respeto), por esa RAE (todo bien documentado para quien quiera mirar) que históricamente utilizado el lenguaje no para «defenderlo» (ninguna persona de lingüística concibe así el tema!, qué troglodita) sino para defender un estatus de una gente, su lugar (y sobre todo el de ellos, que siempre han sido ellos, hasta muy poco, y siguen siendo los mismos ellos, se ve) en la sociedad. Y «el pueblo» despreciado por la RAE, responde fiel: se mata por defender a su supuesto dueño, cuando la única razón por la que la RAE ahora les dirige la palabra (soliviantándoles desde los medios para que se lancen contra las y los científicos de la lengua) es porque en el mundo del conocimiento no tienen credibilidad. Sólo por eso se dirige ahora a la gente que no tiene ni idea de lo que habla, aunque hable la lengua e incluso enseñe gramática (hay que reciclarse, el conocimiento científico ha aportado muchísimo en pocos años, la gramática que se aprendía en época de Franco, es ya sólo útil para pasar una tarde graciosa flipándolo con ella).
En fin, en Mujer Palabra hay un montón de información y recursos que se pueden usar para pensar y al menos ubicarse con algún conocimiento: en Materiales MP hay postales útiles para formarse; en Pensamiento, tenemos una sección sobre el Lenguaje, y en Activismo, tenemos propuestas de Acción Directa Noviolenta con la Palabra y alguna cosa más, en Herramienta Palabra. Porque… otra cosa que no saben quienes no dedican la vida al estudio de la lingüística, existe una conexión (ya ha desde hace décadas mucha base empírica) entre lenguaje – pensamiento y sociedad. Dime cómo hablas, y te diré cómo concibes el mundo (y lo interpretas) y cómo te relacionas. Esto lo planteó el mayo 68 y desde allí se ha estudiado un montón. Y la neurociencia verdaderamente científica (no el neurosexismo, que como la RAE, capta toda la atención de los medios, porque los medios no tienen interés en el conocimiento, sino como sabemos sólo en el espectáculo) también está arrojando datos. Por mencionar otra ciencia, aunque hay muchas más: la sociolingüística, la psicolingüística, la filosofía del lenguaje…
Bueno, yo no sé qué hago diciendo cosas tan evidentes. Ah, sí, era por ayudar a desmarañar la confusión total que había expuesto alguien.
Salud!
Un ejemplo, un vídeo de una lingüista respondiendo al ridículo «informe de Bosque»
http://www.mujerpalabra.net/pensamiento/lenguaje/eulalialledocunill/lengua_gnral.htm
Este fin de semana he estado ausente, aunque desde fuera he intentado moderar los comentarios.
Decir en primer lugar que tuve mis dudas acerca de publicar o no, el primer comentario de Angarmegia, ya que su tono burlesco-facilón no me pareció adecuado ni propio para discutir un tema así. No obstante, decidí que sería interesante conocer la opinión normativa y patriarcal de un hombre (representante de tantos otros, doctores o no).
¿Cómo puede decir que la RAE no tiene ideología cuando está compuesta por un grupo de académicos y unas muy pocas académicas que nos imponen unas normas y ciertas acepciones que no van acordes con la sociedad? No tiene más que leer los ejemplos que cito en el texto de mi artículo. Y le puedo asegurar (porque me consta de primera mano) que ya se le ha pedido a la RAE más de una vez (y de dos y de tres) que los rectifiquen. Y le puedo asegurar también (que no me dedico yo a lanzar opiniones ni a juntar palabras al azar, y que no es usted aquí el único con estudios y que investiga) que SÍ me he leído el texto de Ignacio Bosque en su totalidad, hasta la última página, en la que pude observar cómo de 26 académicos de número, tan solo 3 son mujeres; y de 7 académicos correspondientes, solo 2 son mujeres. Por lo tanto, de 33 académicos, contamos con tan solo 5 académicas. Creo que las cifras son significativas. ¿O también tiene un argumento que justifique esta desigualdad?
De todas formas, hablar con personas como Antonio (con un perfil claramente definido), tal y como dice Isa, no nos conduce a ningún sitio, máxime cuando su tono recurrente es la ironía, el cinismo y la burla fácil.
Con respecto al documento del Sr. Bosque y al lenguaje no sexista, que quede claro que no estamos pidiendo crear ni construir un nuevo idioma. Reclamamos que se nos nombre utilizando los recursos de la lengua española. No hay más.
Y sí, señor profesor e investigador, sabemos que la lengua va de la mano de la sociedad y que cambia con ella. Al menos así debería ser, aunque no pareciera. Y esa es la línea por la que nos movemos precisamente.
Y voy a obviar tantos comentarios hechos desde la ironía, porque así no vale la pena.
Quiero agradecer desde aquí a Yoss y a Ana el haber dejado las huellas de su paso por esta casa, así como las intervenciones de Ausencia de Guerra, de Amaya, de Isa, de Mujerinvisible (qué pena! L ) y de Michelle Renyé.
Hace días que quiero escribir a «El País» para dar las gracias a quienes han puesto negro sobre blanco, mucho mejor de lo que yo sería capaz de hacerlo, todo lo que pienso al respecto de este tema, desde Rosa Montero, a Almudena Grandes, pasando por Elvira Lindo y demás mujeres, y hombres, que se han manifestado al respecto.
Y también te las doy a ti, por este post tan didáctico como certero.
http://www.clasicasymodernas.org/2012/04/linguistica/amparo-moreno-insta-a-ir-mas-alla-de-la-punta-del-iceberg-del-lenguaje-sexista/