Me pregunto cómo somos las lesbianas, si tenemos características o comportamientos comunes o nada tenemos que ver las unas con las otras; si nos gustan las etiquetas o nos incomodan que nos encasillen; si nos diferenciamos de algo de las heterosexuales o si acaso no hay más diferencia que el género de la persona con la que convivimos; si…
¡¡Les propongo que un juego: yo les cuento mi opinión y ustedes, mujeres, me dejan la suya en los comentarios!! Necesito saber la orientación sexual de quien habla, pueden ser comentarios en anónimo. Y a ver qué sale. Aquí va mi retrato de las lesbianas hecho a lo loco y sin fundamento de base, solo mi percepción. Díganme qué percepción tienen ustedes!! La mía es…
Je me demande comment nous sommes, nous les lesbiennes: si l’on a des caractéristiques ou des comportements collectifs et spécifiques ou bien si on n’a rien à voir les unes avec les autres; si l’on aime les étiquettes ou cela nous gêne d’être classées; si l’on a des différences par rapport aux femmes hétérosexuelles ou bien il n’y a qu’une différence, celle du genre de la personne avec qui on habite et on couche; si…
Ah, et ce qui m’intéresse aussi est si l’on a besoin de lieux communs, d’endroits pour les lesbiennes ou bien d’évenements spécifiques faits pour nous. Lesquels?? Permettez-vous d’en rêver!
Je vous propose un jeu: moi, je vous raconte mon opinion par rapport à tout cela et vous, les filles, vous me laissez la vôtre en commentaires du post sur mon blog!! J’aurais besoin de savoir votre orientation sexuelle et votre âge. Il peut y avoir des commentaires anonymes (comme vous voulez). Et à la fin, on verra ce qu’il se passera! Voilà mon portrait des lesbiennes. Je l’ai rédigé à la légère, sans trop y réfléchir, juste ce qui me venait à la tête ou au coeur d’après mon expérience personnelle. Juste ma perception. Racontez-moi la vôtre!! La mienne est…
Las lesbianas somos mujeres que deseamos y amamos a otras mujeres, somos mujeres construidas dentro del patriarcado que nos absorbe, pero al que un día decidimos darle con la puerta en las narices y enfrentarnos a él, retarlo; mujeres, por tanto, posicionadas, si no todas desde el feminismo, sí desde la justicia social (primero por ser mujeres y después por nuestra identidad lésbica); mujeres que tenemos claro que la independencia respecto al varón va más allá del deseo sexual, ya que comprende todo los estamentos de la vida (profesional, social, político, afectivo), por lo tanto nos hemos hecho a nosotras mismas independientes (tengamos o no, estudios y carreras profesionales). También hemos potenciado la creatividad y, por tanto, somos capaces de apostar por una estética diferente a la normativa. Las lesbianas somos grandes luchadoras, situadas siempre en los márgenes, dentro y fuera del discurso heteronormativo, dentro y fuera del discurso neoliberal, dentro y fuera del discurso amoroso… Pero, precisamente, ese estar tan alejada del interior social hace que el mundo adquiera nuevas posibilidades y nuevos matices. Las lesbianas estamos en todas partes, aunque tristemente no somos siempre porque se empeñan en no dejarnos ser, lo que nos imprime a veces también cierta soledad y/o tristeza. Las lesbianas nos distinguimos por saber lidiar con la soledad, ya que ha sido fiel compañera de nuestras vidas en innumerables ocasiones y contextos. Asimismo, tenemos una capacidad de autocrítica mayor y un mayor conocimiento de nosotras mismas, una [mayor] conciencia de nuestra identidad, ya que nos la hemos tenido que cuestionar, replantear, e incluso defender. Las lesbianas somos el grito y el silencio, el enfrentamiento y la amistad, la rabia y la paz. Somos.
Por lo general, valoramos mucho más la amistad y la familia elegida, ya que estamos acostumbradas a que, una vez salimos del armario y decidimos llevar una vida visible (sin mentiras ni escondites de emergencia), perdemos gente por el camino. Por eso seleccionamos bien la gente que nos quiere y la valoramos, ya que vivir con el rechazo como fantasma tiene como consecuencia que valores aún más a las personas que te hacen la vida más fácil, más alegre y más llevadera. El respeto cobra un valor especial en nuestras vidas. Y el cuidado y apoyo a las personas que queremos, también.
Somos especialistas en deconstruir las relaciones: experimentamos nuevas formas de relacionarnos con nuestra pareja, con las amistades, etc. A menos que sea un caso excepcional, tendemos a llevarnos bien con nuestras ex, a mantener la relación de amistad con ellas a posteriori y a integrarlas en nuestras familias elegidas. Y así, convivimos con nuestras ex, con las ex de nuestra pareja (que a veces pueden coincidir), con las de nuestras amigas…
Sin embargo, para aquellas lesbianas que no se han deconstruido en lo que al amor romántico respecta, al juntarse “dos mochilas rosas” (dos personas educadas según los roles de género en que nos educan a las chicas para ser mujeres en esta sociedad), son frecuentes entonces las relaciones con una carga mucho más afectiva, relaciones más interdependientes…y de ahí vienen luego los famosos bollodramas. Esta educación sentimental que damos al género femenino –a través de la cual nos enseñan que el amor es el centro de nuestras vidas y que cuando encontremos a nuestra media naranja seremos felices– hace que las lesbianas que no han tenido la oportunidad de reconstruirse esta parte del amor romántico, sean más enamoradizas, y se lleven el camión de mudanza a la segunda cita.
Las relaciones sexuales son mucho más satisfactorias ya que, al conocer nuestros cuerpos, conocemos mejor el cuerpo de otras mujeres, y porque nos preocupamos por el placer de la otra persona. Seguramente la educación patriarcal influya en esto, ya que son conductas que nos enseñan para las futuras relaciones con los hombres; en cualquier caso, adquirir esas conductas y aplicarlas luego entre mujeres tiene su lado positivo y placentero. Tendemos a experimentar más en la cama (juguetes eróticos) y a intercambiar roles con más facilidad.
En cuanto a nuestros hábitos de consumo, las lesbianas no salimos tanto como querríamos porque no nos ofrecen lo que buscamos. Nos empeñamos en copiar a los gays, en imitar su ocio y reproducir sus espacios de recreo, pero no funcionamos igual que ellos. Está demostrado por la cantidad de negocios que se ven obligados a cerrar sus puertas y a aceptar el fracaso que supone «un intento de imitación gay para lesbianas».
Sí nos gusta salir y sí estamos dispuestas a gastar, pero no sabemos en qué, más allá del cine o el picoteo. Somos mucho más noveleras que las heterosexuales en la edad adulta, no perdemos las ganas de reír y compartir. Tal vez la heterosexuales tampoco pierden esas ganas, pero la diferencia entre las lesbianas con hijxs y las heterosexuales con hijxs, es que las lesbianas buscamos a toda costa ese espacio, aunque ello suponga que una salga y la otra no. Es más común ver que se van turnando porque entienden que forma parte de la salud mental el disponer de tiempo para sí.
A la hora de tener hijxs, negociamos qué apellidos poner primero, cómo llamará a una y a otra madre, luchamos por que nuestras respectivas familias sientan a la nieta o nieto como parte de ella. Las lesbianas feministas luchan por educar criaturas igualitarias, por aportar en esta sociedad ciudadanxs empáticos con la diversidad. Y lo consiguen. Estas criaturas tienen un buen aprendizaje en casa, en donde, además, suele haber una verdadera cooperación a la hora de ocuparse de los asuntos del hogar. Las lesbianas construimos relaciones mucho más igualitarias (dependerá del grado de feminismo que se tenga) en las que, si hay descendencia, existe una verdadera corresponsabilidad.
Las lesbianas somos más viajeras que las heterosexuales, tenemos más curiosidad por descubrir culturas y costumbres nuevas, por descubrir sabores distintos en comidas exóticas. Somos más gozadoras de la comida y el buen vino (o la buena cerveza). Consumimos mucho en restaurantes, cervecerías y vinotecas. Somos también más viciosas (es lo que tiene ser tan gozadoras) y, por tanto, mayores consumidoras de todo lo relativo al disfrute: juguetes eróticos, alcohol, drogas, tabaco…
El hecho de convivir con una doble discriminación (por mujeres y por lesbianas) y estar atravesadas por esa interseccionalidad (que va en aumento según sumemos otras particularidades como el nivel económico, clase social, edad, etnia, ser cis o trans, etc.), tenemos más conciencia social y más empatía por el/la otro/a. Solemos sentir atracción por los -ismos en general: comunismo, socialismo, feminismo, ecologismo, ecofeminismo, veganismo, vegetarianismo, animalismo… Somos amantes de los animales, de las mascotas, de la naturaleza, de lo ecológico, de las plantas… Paradójicamente a lo anteriormente dicho sobre el consumo de drogas y alcohool, también nos cuidamos más y nos preocupamos mucho más por llevar una alimentación sana. Debe ser que nos encanta purgarnos y limpiarnos: primero el exceso; luego, la cura y sanación. El punto de inflexión está en que, por un lado, nos encanta la vida social, y, por otro, nos encanta cuidarnos el cuerpo. Las más puristas no incluyen los excesos en sus vidas. Nos encanta tener nuestro propio huerto –aunque sea de ciudad o incluso en nuestros apartamentos– y practicamos deportes colectivos o de pareja: pádel, senderismo, escalada, baloncesto… Pero, ¡ojo!, “cuidar nuestro cuerpo” no significa adornarlo con maquillajes, peluquerías semanales o pedicuras y manicuras quincenales; “cuidar nuestro cuerpo” tiene que ver con el interior, no con el aspecto exterior.
Las lesbianas son mucho más espirituales que las hetero: se mueven mucho en la búsqueda espiritual y prueban y curiosean varias filosofías de vida hasta dar con la suya: yoga, reiki, taichi, budismo, constelaciones, chakras, metafísica y “lamadreencoche”… Sin embargo, huyen de la religión católica, frente a la que se sienten profundamente decepcionadas.
Consumimos mucha más cultura. Nos encanta la prensa especializada en nosotras (revistas, periódicos, televisión…). Consumimos más productos hechos por mujeres: cine, teatro, libros, revistas… Si, además, estos productos van dirigidos a lesbianas o tienen como protagonistas o personajes secundarios mujeres lesbianas, el consumo aumenta, porque raro será la lesbiana que falte a la cita. Somos muy fieles (en general, mucho más que los gays, y esto es debido también a la educación sexista), así que los productos dirigidos y pensados exclusivamente para nosotras son consumidos. Y somos muy fieles a las empresas gayfriendly: cuidamos el bienestar en los sitios a los que vamos y nos gusta la seguridad que nos aporta la idea de poder ser una misma sin mayores problemas.
Tenemos mucha iniciativa para crear y organizar, tanto en el terreno privado (hogar y familia, trabajo personal, tiempo libre personal, etc.) como en el público (trabajo, amistades, compromisos sociales…). La fotografía es un mundo que suele gustar mucho a las lesbianas, tal vez por nuestra necesidad de crear historias en las que seamos personajes principales, o bien por nuestro espíritu nostálgico y melancólico: nos encanta recordar, evocar, retener… Y la fotografía se presta mucho a ello.
Nos hace muy feliz poseer un carné que nos haga sentir pertenecientes a un grupo. Las lesbianas coleccionamos carnés con foto que nos abran las puertas a clubes y grupos privilegiados. Y nos encanta poder invitar a lxs amigxs a nuestro club y que nos den puntos, que coleccionamos encantadas para luego poder canjearlos por regalos sorpresas. Nos encantan las sorpresas y los regalos. Somos muy gozadoras del aquí y ahora, aunque luego nos encante crear álbumes para recordar. Es nuestra vena melancólico-fotográfica.
Hola yo soy pansexual. Me encuentro en los margenes de los margenes. Sali del armario semi oficialmente hace relativamente poco. Apenas encontre referentes como yo, sobre todo gente mas joven porque además, parece que hay una gran pelea ( que no debate) por quien tiene la razón ( como si de razón se tratase), que si bi que si ?. Dentro del colectivo se da por hecho que debo ser lesbiana y fuera de el, que si soy activista sere heteroflexible porque mi pareja actual es un hombre hetero cis. En fin, se empeñan en que busque mí sitio pero mi sitio ya lo encontré. Cansada de comentarios de: por una acera o por otra, por la carretera te atropeyan! O eso es q aún no te has decidido o a decir muy bajito que no solo pueden gustarme hombres…si la sociedad considera que ser hetero esta arriba de la piramide, ser gay debajo ser lesbiana debajo ( porque no se piensa socialmente lo mismo de ser gay o ser lesbiana, si no me creen solo tienen que ver los anuncios del orgullo gay-que así lo denomina la mayoria de la gente) ser pan, ser bi esta muy muy por debajo. Soy feminista, de las creemos que la trata, los vientres de alquiler y la asistencia sexual son maneras de explotar a las mujeres, de esclavizarlas así que no soy del feminismo que esta de moda del feminismo neoliberal, esto me excluye de muchos espacios y a vecea ser pansexual me excluye de otros espacios feministas. Asi que cuando encuentro feminista Tlgbi «de las mias» me dan ganas de abrazarlas y comermelas a ?. Me too a las palabras de Kika.
Gracias por tu aportación, Rebeca!! Interesante debate el tema de las demás orientaciones sexuales. Cuando la sociedad se encuentra con ellas, creo que en ese preciso momento las lesbianas y los gays nos convertimos por un rato en realidades de lo más «normales». Hay que seguir visibilizando! Un abrazo grande
Este artículo es para lesbianas,no para personas como tú ,verás esto no es sólo información positiva, esto también es sufrimiento así que a verdaderas lesbianas como es mi caso nos jode y bastantes testimonios de bisexuales pansexuales o lo que quiera dios que seas.
Felicitaciones a todas esas mujeres lesbias, guerreras que decidieron dejar atrás ese closet y enfrentar la vida con su pareja. Las admiro por que yo también reconozco de su lealtad y voluntad en esta sociedad machista. Yo también soy Lesbiana.
Querida Kika
Como siempre, osada en tus planteamientos!! Me he levantado y, con una taza de té en mis manos, me enfrento al reto, delicioso, que nos propones.
Leyendo el texto que has redactado, estoy de acuerdo, de forma condicionada, en la mayoría de los planteamientos. Digo en modo condicionado por lo siguiente: conforme pasan los años me gusta más sustituir el verbo «ser» por el verbo «existir». Cada día creo más que una persona no ES por el hecho de tener una nacionalidad, un sexo, un género o, en este caso, una identidad sexual. No me gustan los dogmas como que «todos los rusos son…» o «todos los chinos son…», por poner algunos ejemplos que ahora quizás nos toquen más de cerca. No me gustan los discursos totalizadores.
Y por esto creo que tampoco las lesbianas tengenemos un ADN diferente a las heterosexuales y, con todo mi cariño te diré, que definirnos en contraposición a las heterosexuales me parece injusto tanto para ellas como para nosotras. Contribuiría, incluso y de alguna forma, a alimentar las etiquetas y los prejuicios que sobre nosotras, tiene la sociedad en general.
Puedo confesarte que yo me he sentido igual de diferente y de marciana comparándome con amigas heteros que comparándome con amigas lesbianas. Amigas que, a pesar de ser lesbianas, ni están situadas en los márgenes, ni son tan creativas, ni tan cultas, ni tan viajeras como describes en tu texto.
En fin, para mí el universo lesbiano es un universo complejo, múltiple, plural, irreductible y ajeno a las generalidades y a los intentos de reduccionismo.
¿Sustituimos, pues, el verbo SER por el verbo EXISTIR?
Besos de colores!!!
Sustituimos lo que tú quieras, querida Mer. El verbo «existir» me parece de una carga «muy potente» (como diría una amiga nuestra). Mi texto está escrito sin fundamento de base ninguno, aunque la experiencia y la vida personal representan un conocimiento situado y Donna Haraway probablemente me lo validaría 😉
Esta entrada procede de un debate mayor. En principio, cuando me lo planteé, lo primero que pensé es que sí, que teníamos muchas diferencias, pero a medida en que iba pensando, se me caían todas y me dije: pues no, no somos tan diferentes. Luego me analicé a mí y a las distintas lesbianas que conozco (cisexuales, trans, queers, de la vieja escuela, de la nueva…en fin, en sus inmensas variedades) y me volví a decir que sí, que nos unían algunos aspectos y que hay características comunes entre las lesbianas de un mismo grupo social, y esas características no eran comunes a las heterosexuales. Además, considero que la línea de diferencia puede llegar a ser apenas perceptibles en las grandes ciudades y capitales, pero que puede ser muy gruesa y evidente a medida que nos vamos alejando de los núcleos urbanos.
Por otra parte, si la LGBTIfobia no existiera, estoy (casi) convencida de que muy probablemente no nos diferenciaríamos en absoluto por el mero hecho de ser LGBTI o por el hecho de ser lesbianas –en este caso–. Sin embargo, solo teniendo en cuenta la educación de todas las mujeres en general y el instinto de supervivencia añadido de las lesbianas en particular, es fácil deducir que en algo nos habrá afectado y algo nos unirá de manera específica.
Hablamos aquí de generalidades, pero somos mujeres inteligentes y sabemos que el mundo está lleno de especificidades. En cualquier caso –para qué negártelo–, a mí ser lesbiana supone un plus en muchos aspectos y un privilegio –por muy paradójico que suene– que no estoy dispuesta a soltar! Ser LGBTI te hace diferente en esta sociedad –tal y como está montada– y ser diferente es enriquecedor: para una misma y para quienes habitan a nuestro alrededor. Así que ya podrían empezar a darnos las gracias por EXISTIR 😛
Kika, creo que eres afortunada por tener a tu alrededor todas esas mujeres lesbianas que han inspirado tu texto. Normalmente suele pasar que nos acabemos rodeando de personas que tienen nuestras mismas afinidades, piensan más o menos como nosotras, tienen los mismos gustos e incluso que se hayan acostado con las mismas mujeres que nosotras, ejem, más o menos.
Sin embargo, Kika, me parece que no deberíamos olvidar que existen otros mundos (que se lo digan a los estadounidenses que estaban seguros segurísimos que no podría haber mayoría de votantes a favor de Trump). En mi larga trayectoria lésbica (ejem, ejem), he conocido a muchas mujeres y te diré que he conocido a:
– Lesbianas que votan al PP y que siguen haciéndolo, a pesar de los pesares. Otras han cambiado a Ciudadanos. Algunas son seguidoras de Esperanza Aguirre, esa gran marca neoliberal.
– Lesbianas que son fanáticamente religiosas, practican el catolicismo y que son capaces de mantener un debate (hasta dormir a la interlocutora) acerca del liberalismo y de la gran apertura del último Papa de la Iglesia católica. En particular, conozco a lesbianas que han bautizado a sus hij@s.
– Lesbianas que no han pisado un teatro ni un cine, desde hace muchos años, porque su vida se reduce a estar con sus hijas y con su familia que, como todas sabemos, es lo más importante del mundo mundial.
– Lesbianas que tienen mermada, por no decir aniquilada, su capacidad de crítica hacia el sistema y cuya creatividad es cero patatero. Estas mujeres nunca fueron críticas ni creativas. Nunca tuvieron curiosidad por el arte ni por la trascendencia espiritual. ¿Por qué iban a serlo tras descubrir su lesbianismo?
– Lesbianas cuya pareja tiene nombre de mujer pero perfectamente podrían llamarse Manolo o Pepe (por elegir dos nombres bastante macho-ibéricos). Alguna de estas lesbianas son de las que te sueltan “yo no soy lesbiana, yo solamente quiero a Juanita”.
– Lesbianas cuyas relaciones sexuales no es que no sean satisfactorias. Simplemente es que no follan o follan poco. El mito de la lesbiana folladora nos ha hecho mucho daño, creo.
– Lesbianas que consumen lo que sea. Pueden atiborrarse a comida basura e incluso al bareto más misógino de su barrio. Sin pestañear.
– Lesbianas homófobas, misóginas e incluso machistas. Ahí queda eso.
– Lesbianas que no viajan. Hay muchas que no tienen recursos para pagarse un viaje. Otras tampoco tienen curiosidad por conocer otros mundos y sobre las ciudades dicen “vista una, vistas todas”.
– Lesbianas que odian los gatos, los perros y que opinan lo mismo que Trump sobre el cambio climático, como si no fuera con ellas.
– Lesbianas que odian los huertos.
– Lesbianas que no practican deporte, salvo el tumbing.
– Lesbianas que nada más levantarse, se maquillan de forma posesa, con la cosmética más petrolera del mundo mundial.
– Lesbianas que van al cine a ver todas las pelis de Torrente.
En fin, querida, con este panorama, te preguntaré qué hacemos. Me dirás, horrorizada, que empiece a relacionarme con otra gente (razón tienes). Yo te diré, para tu tranquilidad, que algunas de estas lesbianas son solamente amigas imaginarias. Aunque también sé que existen.
Quizás, como ha hecho Pilar, la única salvación que nos quede en este estudio antropológico, sea recurrir a la interseccionalidad. Ella lo ha hecho, hablando de lesbianas feministas. ¿Qué te parece?
Ay, por favor, qué depresión (y qué jartá de reír): CAMBIA DE AMIGAS YA!!! Sí, sin ninguna duda el futuro es «la lesbiana feminista». Y aunque lo redacte así, lo digo muy en serio. En ello estamos, no? 🙂
Para acabar, me gustaría saber tu opinión sobre lo siguiente: ¿no echamos de menos eventos o espacios lésbicos? Con respecto al ocio, ¿qué nos gustaría tener como lesbianas y no tenemos? ¿Qué oferta nos gustaría encontrar en nuestra ciudad o municipio? O acaso no necesitamos nada especial y ando yo equivocada… (No me deprimas mucho, ¿vale?)
hola de nuevo, Kika. Nos planteas ahora el interrogante del consumo cultural por parte de las lesbianas. Que tipo de acividades o de ocio nos gustaria tener. Bueno, mi opinion va ser algo sesgada puesto que al vivir en Madrid puedo decirte que aqui andamos saturads de oferta cultural. hay de todo, cosas muy malas y cosas deliciosas. Dirigidas a todos los publicos, otras dirigidas al colectivo LGBTTIP, otras no se sabe ni a quien se dirigen. De todas formas, la experiencia que tengo es que los productos culturales que suelen ir dirigidos al colectivo LGBTTIP, como el festival de cine que tuvimos hace poco en Madrid, no suele tener el seguimiento esperado. Quizas sea por eso, porque estamos saturads. Otros productos culturales, por ejemplo, obras de teatro, que suelen centrarse en cuestiones que nos preocupan/ocupan a veces caen en temas manidos y hacen tratamientos simplones. Por cierto, para quienes esteis en Madrid, os recomiendo ir al Teatro Kamikaze, han estrenado un montaje sobre Una habitacion propia, de Virginia Woolf, que es delicioso. Me ha encantado.
No me gustan las Etiquetas y eso que llevo muchas sobre mis espaldas. Tu visión me parece muy bonita pero no real. Las lesbianas también podemos ser malas personas, mentir, ser egoístas, hipócritas, prepotentes, machistas, insolidarias, etc, etc…
Ser lesbiana no te diferencia del resto del mundo, más allá tu sexualidad.
Hola, July!! Gracias por tu comentario. En ningún momento pretendía mostrar que las personas LGBTIQ+ somos buenas. Acabáramos!! Lo cierto es que me centré en otros aspectos, independientemente de que seamos buenas, malas, mejores o peores. Te agradezco mucho tu opinión. Me encantaría que la concretaras más, si te apetece! Por ejemplo, ¿en qué sentido te parece muy bonita mi opinión y en qué sentido crees que ser lesbiana no te diferencia nada en absoluto del mundo heteronormativo? Un abrazo
Querida Kika,
yo soy mujer (me suena un poco «adulto» decir que soy mujer, pero bueno, supongo que ya soy adulta), mujer feminista, mujer empoderada, liberal y heterosexual (entre muchas otras cosas).
He leído esta entrada de tu blog con detenimiento para no malinterpretar ninguna de tus palabras y sí, estoy de acuerdo con todo lo que has dicho. Bueno, con casi todo: has descrito a muchas, muchísimas mujeres (yo, por ejemplo, me identifico con prácticamente con todo el texto) que conozco y conoceré en mi vida, pero no sólo has descrito a las lesbianas.
Yo he sido criada por una mujer heterosexual que me ha dado una educación basada en la igualdad, en el ecologismo, el socialismo, en la lucha por los derechos humanos (y no sólo humanos, sino de cualquier ser vivo), entre muchos otros valores y, sobre todo, en la no-tolerancia a la discriminación de cualquier tipo: por cuestiones raciales, de género, de orientación sexual, de religion/espiritualidad, etc.
Has descrito a muchas mujeres y puedo afirmar que también a muchos hombres.
Soy heterosexual y soy independiente, nunca he tenido una pareja estable por el simple hecho de no haber encontrado a alguien con el que compartir mi vida a tal nivel, nada tiene que ver con que me gusten o no los hombres. En mi vida sexual no soy «sumisa» o busco únicamente el placer de la otra persona. Soy heterosexual y soy adicta a viajar, a conocer, a crear, a amar a mis amistades, a la familia que me ha tocado y me ha querido, y a la familia que he encontrado por el camino y he elegido para estar en mi vida. Soy heterosexual y en ocasiones prefiero quedarme en casa disfrutando de una buena película o de la buena música en lugar de salir de fiesta porque aunque haya hombres en los bares, pubs o discotecas, quizás una heterosexual no busca desesperadamente un macho con el que aparearse y satisfacer esas necesidades biológicas o afectivas que la sociedad «nos enseña». Y a veces salgo de noche, claro que sí, porque me gusta divertirme de diferentes maneras. Y podría seguir con un largo etcétera de las cosas que me definen y que nada tienen que ver con el sexo que me atrae.
Conozco muchas mujeres lesbianas, bisexuales, heterosexuales, … A muchas las describes a la perfección, a otras sólo en parte, y muchas otras no se sentirían para nada identificadas, pero ello no dependería del género cuyas feromonas despierten en ellas esas reacciones químicas que tanto tienen que ver con la atracción sexual y el amor.
Por supuesto que todo lo que nos pase en nuestra vida, y sobre todo en nuestra infancia y adolescencia, influirá en nuestra forma de ser. El hecho de ser homosexual desgraciadamente supone un «obstáculo» más que atravesar para poder convivir en esta sociedad sociedad podrida. Pero hay muchos «obstáculos» más a los que todos nos enfrentamos en nuestras vidas y nos hacen ser diferentes los unos a los otros. Encasillarnos dentro de «grupos» o «sociedades» simplemente por poseer alguna característica, como puede ser el tipo de orientación sexual, la raza, el cuerpo, las ideologías, o si nos gustan los helados o somos más de granizados, sólo nos lleva a más desigualdad, a otro tipo de discriminación.
Soy feminista, liberal, socialista, ecologista, animalista, artista y muchas cosas más. No dejaré de serlo por sentirme atraída por el sexo opuesto y mucho menos lo seré a un nivel inferior que lo pueda ser otra mujer homosexual.
Querida anónima,
Tanto lesbianas como heteros somos mujeres a los ojos de la sociedad, y como tal nos han educado y nos tratan. Además, del feminismo podemos beber todas, independientemente de nuestra orientación sexual. Por tanto, obviamente en mi redacción he descrito a muchas personas que pueden sentirse identificadas. No solo lesbianas y bisexuales –ya sean cis o trans–, sino a muchas heterosexuales feministas, claro que sí. Creo que la clave está en el feminismo, que nos une a todas y a mí me encanta!! 🙂
Todas las personas tenemos obstáculos, pero estarás de acuerdo conmigo en que el colectivo LGBTI tiene una interseccionalidad añadida que no tiene el colectivo heterosexual. Y ahí quería yo intentar llegar o debatir: en qué nos marca esa diferencia. Desde luego no es lo mismo ir por la calle tomándote una granizada o un helado que ir visibilizando tu lesbianismo –en este caso–: yo voy a diario de la mano con mi pareja y tengo que acostumbrarme a las miradas de asco, de asombro, de aprobación o reprobación de todo el que se cruza con nosotras. Incluso me tengo que acostumbrar a los insultos que de vez en cuando nos sueltan. Creo que eso no ocurre cuando te gusta más el helado que el granizado. Y eso marca una diferencia que afecta a muchos aspectos de la vida, dependiendo, claro está, del grado de visibilidad que tengas en tu vida.
Las etiquetas llevan a desigualdad y a más discriminación, estoy de acuerdo. Pero resulta que desde que soy pequeña me asignaron la etiqueta de mujer sin preguntarme y presupusieron desde el minuto cero mi heterosexualidad. Así es que cuando descubrí mi propia identidad (mi propia etiqueta, si quieres llamarla así), vi los cielos abiertos. Y creo que esa sensación es compartida en los comentarios de aquí.
No dejes de ser nunca feminista. La sociedad acabará agradeciéndonoslo!! 😉
Muchas gracias por tu aportación y por compartirte con el resto. Un abrazo!
Soy María Castrejón y me enamoro de personas independientemente del género que se le haya asignado. Estoy de acuerdo contigo en que valoramos más la amistad y la familia creada, no dada. También creo que las relaciones sexuales entre mujeres son más satisfactorias. Pero no creo que una mujer por ser lesbiana esté fuera del sistema patriarcal, y lo digo por experiencia. En muchas relaciones entre mujeres se repiten roles, están marcadas fuertemente por los celos y la posesión. Creo que el lesbianismo no es una garantía, que deberíamos estar más alertas a las dinámicas que se crean porque pensamos que estamos fuera del orden establecido y no es así. Nuestra educación es la misma que la de lxs heterosexuales. Como experta en estudios de género, en arte y literatura, creo que las mujeres que aman a otras mujeres son más creativas en su expresión pues han tenido que reinventar un lenguaje que no las incluía y para mí es un reducto muy ineteresante e influyente en este mundo donde parece que todo estaba dicho.
Este es un pequeño resumen de lo opino. Espero que sirva para algo.
Totalmente de acuerdo contigo!! Todas hemos sido educadas (más o menos) de la misma manera y siempre bajo el paraguas del sistema patriarcal. Es cierto que las que estamos dentro del feminismo y nos especializamos en toda esa inmensa teoría del género nos esforzamos más en deconstruirnos para poder vivir relaciones más igualitarias (relaciones de todo tipo: pareja(s), familia, amistades, laborales, etc.). Pero sí, reproducimos mucho, y encima en las relaciones de lesbianas cis, nos juntamos «dos mochilas rosas» como yo digo; y a eso súmale los roles de género patriarcales que luego se adoptan dentro de la pareja. En fin, puede llegar a ser una bomba…
Mil gracias por enriquecer el debate con tu comentario, María!! Un abrazo grande
Querida Kika. Tu artículo me parece muy bien escrito y muy rebosante de ideas. Comparto la mayor parte de lo que dices (no estoy segura de lo de la espirirualidad, quizá porque yo me siento personalmente muy alejada). En conjunto creo, sin embargo, que lo que dices se aplica, sobre todo, a las lesbianas feministas. La mitad de los puntos que enumeras, si las lesbianas no son feministas quedan en el aire. Y al revés, la feministas que no son lesbianas también comparten muchas características de las que enumeras.
Y creo que nos idealiza un poco. Pero bueno, como las lesbianas somos un colectivo marginado (aún) no está de más reivindicar el orgullo lésbico.
Besos y gracias por el blog
Sí, imagino que hablo como lesbiana feminista… Creo que la conclusión va a ser la de siempre, y es que «sin feminismo no hay cambios posibles hacia la igualdad». Gracias por tu comentario, Pilar!! Un abrazo 🙂
Hola Kika,
en mi caso te diría que «sí» a casi todo… no sé si por casualidad o porque realmente hay un patrón que nos marca a las lesbianas por diferentes razones (que mencionas en tu post).
En mi caso, hay alguna excepción. No soy nada espiritual, sino todo lo contrario. Soy 100% terrenal, quizás porque en mi familia son así y porque he estudiado una carrera de ciencias que me hace cuestionarlo todo y ser muy escéptica con aquello que no tiene una explicación lógica.
Por otro lado, dime por favor dónde están esas lesbianas que están tan interesadas en cultura…. porque yo no las encuentro o me es muy difícil encontrar una que realmente tenga esos intereses. obviamente no digo que las haya, pero debe ser que yo atraigo a esas excepciones que confirman la regla. 🙁
Como digo, no sé si es casualidad esa coincidencia conmigo y con lo que escribes, pero estoy segura de que muchas mujeres heterosexuales también se sentirían muy identificadas con algunos aspectos que nos atribuyes.
Un abrazo.
Tania
Gracias por tu comentario, Tania!! Me encantan las mujeres terrenales y científicas (independientemente de su orientación, claro está!!): menos mal que existen y que compensan un poco al resto 😉
Pues yo creo que a las lesbianas nos encanta especialmente la cultura, al menos esa es mi experiencia en general (pero siempre «en general», claro está). Y si en esa cultura encontramos referentes y protagonistas con las que nos identifiquemos, entonces ya nos apasionamos!!! La falta de referentes en la vida en general es muy común en el colectivo LGBTI, desafortunadamente. Hoy en día se va viendo algo más en televisión, pero fuera de la tele, poco o nada.
Un abrazo!
Te dejo aquí otra pregunta que me interesaría me contestaras: ¿no echamos de menos eventos o espacios que nos unan? Con respecto al ocio, ¿qué nos gustaría tener como lesbianas que no tenemos? ¿Qué oferta nos gustaría encontrar en nuestra ciudad o municipio? O acaso no necesitamos nada especial y ando yo equivocada.
Buenas tardes, veo muy tarde el bloqueo es muy interesante todas las discusiones constructivas que se habren frente a un tema que tiene mucho de ancho y de largo, y veo con agrado lo cultas y leídas de todas mujeres q emitieron su opinión, y mi aporte discreto es que la descripción que hace Kika lo comparó con un oroscopo, que no se cumple para todos pero si para la gran mayoría. MARIBEL
Hola, Maribel! Disculpa, pero no te entiendo…Dices que ves muy tarde «el bloqueo», pero ¿a qué bloqueo te refieres? Tienes razón en cuanto a lo que comentas de mi descripción: obviamente no se cumple para todas. Yo solo doy mi opinión desde mi propia experiencia, pero soy muy consciente de que mi experiencia no puede generalizarse 🙂
Un abrazo y gracias por tu comentario!
Hola kika!
Soy una mujer no más, quizás, por como tú cuentas en tu artículo, un poco más empatica, es verdad que perdemos mucho por el camino cuando decidimos vivir libremente y expresarnos y ser como somos en realidad, tengo 35 años y empiezo a pensar que es más lo que ganamos que lo que perdemos. Un abrazo.
Que no te quepa la menor duda, Mariki!! Al menos a la larga (las más afortunadas, «a la corta») es más lo que ganamos que lo que perdemos.
Y yo me pregunto: ¿no echamos de menos eventos o espacios que nos unan? Con respecto al ocio, ¿qué nos gustaría tener como lesbianas que no tenemos? O acaso no necesitamos nada sin más. ¿Qué oferta nos gustaría encontrar en nuestra ciudad o municipio?
Buenos días. Hace dos años, una compañera de chile me dijo: Para defender una causa, una idea, un sentimiento, yo tengo que detenerme en ella y actuar con las herramientas que tengo en mis manos.
Me pusieron Lorenza Machín Alarcón, me habría gustado Alarcón Machín. Mi madre me parió y creo que …Pero bueno, cuando naces, no eliges a la familia, la política que te gustaría ni tan siquiera, expresar tus sentimientos.
Mi vida fue un poquito eso. Pese a querer mucho a mi gente, crecí sin saber dónde estaba mi lugar, mis sentimientos, mis inclinaciones amorosas… Nadie me explicó nada, en un lugar donde lo único que se respiraba era patriarcado, obediencia, trabajo…. Donde el alto grado de enseñanza en mantenernos las niñas castas y puras, estaba a flor de piel. Donde la única religión que te aplicaban era creer en dios, en que todo era pecado y la meta de toda mujer . ser buena ama de casa, cuidar a tu marido y posteriormente , tus hijos.
Me comprometí con un hombre cuando aún no tenía 15 años. Mi ilusión era casarme y llevar a la práctica lo que me habían enseñado. A los 25 ya tenía a mi hijo y a mi hija.
Mi vida fue una mezcla de compañerismo y luchas políticas y sociales en la calle, muchas junto a él (mi marido). No me paré en analizar la vida familiar y amorosa que no marchaba bien, ya que tenía mis ojos tapados con una niebla oscura .
Pasando el tiempo y cuando estudié un poquito, se inyectó en mí el feminismo. Empecé a ver que nosotras éramos esclavas del sistema, de la familia , de tantas cosas. Me uní a más mujeres y empezó mi lucha por reivindicar mi lugar, mi espacio en este mundo.
Pasaron los años y, pese a que disfrutaba estando con más mujeres, dedicaba la vida a luchar ellas y por mí, pese a que mi vida amorosa no tenía alicientes, esa niebla seguía sin destapar mis ojos.
Cuando mi matrimonio llevaba ya 38 año (más 6 de novios = 44 años!), un acontecimiento por parte de él hizo que se rompiera todo, que viera por fin la realidad. Y desde hace ya 13 años, vivo mi propia existencia como yo quiero.
¿Cómo fue eso? Separada ya, me metí en teatro y dentro del teatro me llamaron para hacer un corto lésbico. Se cruzó unos ojos color avellana con los míos , me dijeron unas palabras y….les aseguro que en mi puñetera vida había sentido mi corazón tan acelerado. Ahí es donde supe que, pese a traer cosas buenas de mi vida anterior (como son mis hijo@s), todo mi recorrido fue un engaño.
Hoy tengo 70 años, desde que me descubrí, no lo niego y lo vivo a pleno sol y, cuando está, la luna. Es mi vida y solo pasamos una vez por ella. Me da igual que me pongan etiquetas o no. Sé que disfruto y me enamoran las mujeres y me alegro de ello.
La pena es que, dado a mi edad, muchas mujeres de mi generación y criadas como yo temen salir a la luz con sus sentimientos y eso hace más difícil vivir lo que la naturaleza tiene a bien de darte de vida. Es triste no sentir unas manos amorosas que te toquen, unos ojos dulces te miren, una voz suave te diga palabras que te sigan deseando vivir!!!
Siento ser tan larga, pero no en lo que he dicho. Si de algo me alegro es de tener hoy día claro lo que quiero y por ello, lo defiendo. Gracias, Kika, por todo lo que aportas en beneficio de todas nosotras. Un abrazo de múltiples colores!!!
Gracias por compartir un cachito de ti, Lorenza!! Es apasionante conocer la realidad de las lesbianas de otras generaciones. Dime, ¿a ti qué tipo de actividades de ocio te gustaría que te ofreciera tu ciudad como mujer lesbiana de tu edad? ¿Cuál es la oferta con la que sueñas y sin embargo no encuentras o no te ofrecen?
Un abrazo enorme!!
Soy lesbiana de nacimiento, así me identifico.
Hola Kika, tremenda preguntita nos envías..pero cómo mujer lesbiana me siento comprometidamente gustosa a dar mi opinión: Somos totalmente iguales a las heteros,siempre que nos encontremos en la misma posición social económicamente hablando. Hay quien se compromete más o menos con algunas causas, habrá quien lea más o menos, o nada..el cine,el teatro,el fútbol, o hasta ir de compras a las grandes superficies..hacemos lo que nos guste independientemente de con quien tengamos sexo. También buscamos que nos amen,en eso también somos iguales. Pero la única cosa que nos diferencia y que jamás he tenido una amiga hetero ni conozco a nadie que la tenga, ni siquiera que escuchara hablar de alguna hetero que funcione así, es en el proceso de ruptura de pareja lesbiana..ahí si que somos totalmente diferentes,casi de planetas distintos. Nosotras cuando acabamos una relación,en muchos casos seguimos cuidando a nuestra ex,se ha dado el caso, de terminar y venir a la semana a preguntar cómo estás,si te va bien..Y seguramente ya se está enrollando con otra y hasta puede que sea una amiga tuya..pero no pasa nada,ahí seguimos con nuestros códigos raros para muchas heteros,que jamás saldrían a un concierto son el señor que dejaron o que las dejó… ( yo ni loca vuelvo a ir ni a la esquina con ese) muchas,después de un tiempo,volvemos a salir con la ex y su nueva pareja en plan colegas, A esto se le llama bollo drama,pero será drama al fin de cuentas cómo cualquier drama de heteros. Con todo y con esto, vivan mis amigas amigas y mis amigas ex.chin pun.
Eso es verdad!! Y así luego acabamos con una familia extensa que ya no se sabe quién es quién 😛 Jajajaja. Es bromista!!!
Y te pregunto a ti también: ¿no echamos de menos eventos o espacios que nos unan? Con respecto al ocio, ¿qué nos gustaría tener como lesbianas que no tenemos? ¿Qué oferta nos gustaría encontrar en nuestra ciudad o municipio? O acaso no necesitamos nada especial y ando yo equivocada.
Pues creo que no tanto especifico para nosotras cómo mujeres lesbianas, en Tenerife no paramos de propuestas culturales y de ocio dirigido a todos los públicos,independientemente de cuál sea tu orientación sexual. Pero sí creo que es muy necesario para los y las peques tanto de familias LGTB cómo de familias heteros. Ahí si es muy importante, en los coles,en los cuentos,en las pelis de dibujitos,en la tele..en fin,que se normalice cualquier modelo de familia,que hay muchas niñas y niños que lo pasan fatal por no tener las herramientas para defender su modelo de familia.Así que yo me centraria más en el ocio dirigido a la infancia, que sólo desde una raíz sana y fortalecida nacerán flores de muchos colores.
Por mucho que intentemos generalizar, como en cualquier colectivo humano, nos vamos a encontrar una diversidad que cuestionará generalizaciones o destruirá estereotipos. Voy a intentar, para situarme, describir las variables que considero críticas dentro del colectivo.
Primera variable: VISIBILIDAD. ¿Hablamos sólo de las lesbianas que han salido del armario y son visibles a todos los efectos y en todas partes, o incluimos a las que sólo son lesbianas de puertas hacia adentro, mientras llevan una vida «de fachada» hetero-normalizada? Seguro que por el mero hecho de formular esta pregunta algunas (o muchas) pensarán que estoy discriminando a unas de otras, jerarquizando a las primeras por encima de las segundas. Si eres de las que han tenido esa percepción, ¡cuidado! Por algún motivo estás sintiendo un ataque donde no lo hay, y eso puede indicar algo…
Yo no discrimino ni jerarquizo a nadie, pero sé -como sabemos todas- que la visibilidad es una asignatura pendiente entre mujeres lesbianas, en MUCHO MAYOR MEDIDA de lo que es para hombres gays, y que esa característica sociológica afecta a la configuración, comportamientos y percepción externa e interna del colectivo «L». Además -y creo que eso es lo más curioso- la muy variable manera en que las lesbianas vivimos la muy relativa visibililización de nuestras preferencias afectivo-sexuales termina creando unas rencillas completamente absurdas y surrealistas que hacen peligrar la tan deseable SORORIDAD entre no sólo lesbianas, sino las mujeres de nuestro entorno en general.
Segunda variable: EDAD. Es evidente que las lesbianas de 16 a 35 y las de más de 40 no viven sus preferencias afectivo-sexuales de la misma manera. Dinámicas de familia y trabajo, nivel académico, aspiraciones personales… El tiempo, forma y profundidad en que las mujeres nos vemos o hemos visto más o menos expuestas a la presión hetero-patriarcal, y el hecho de habernos encontrado más o menos amparadas por un ‘parapeto de resistencia’ afectan a cómo vivimos nuestra diferencia. Algunas lesbianas mayores han resultado invisibles durante décadas incluso para su familia y allegados más cercanos, algo mucho menos probable entre las lesbianas más jóvenes.
Tercera variable: VALORES. La relativa prioridad que cada lesbiana le conceda a valores éticos como solidaridad o individualismo, bienestar común o personal, libertades individuales o colectivas, sacrificio o egoísmo, etcétera, afecta de forma muy significativa tanto a los comportamientos individuales como colectivos. Si una lesbiana considera, por ejemplo, que no le ‘debe’ nada al colectivo, que si ella es feliz según su forma de ver las cosas, todo está bien y que cada una se busque la vida, vivirá su preferencia afectivo-sexual de forma muy diferente a otras cuyos valores sean radicalmente opuestos. A veces incluso me pregunto si determinada escala de valores no será el motivo por el cual algunas lesbianas se declaran bisexuales, porque así les resulta más fácil «caer bien» y quizá gozar de una especie de protección por parte de la ideología hegemónica.
Claro que la variable decisiva es el EMPODERAMIENTO. Es el elemento rompedor, porque sitúa la visibilidad en el centro de la preferencia afectivo-sexual, tiende a relativizar y cuestionar radicalmente los influjos y condicionantes recibidos a través del tiempo, y suele formar lazos fuertes con otras mujeres, no siempre lesbianas, con quienes comparte esa creatividad, ganas de aprender y viajar, romper el aislamiento, etcétera.
La descripción que haces de tus propias vivencias como lesbiana corresponden a una mujer EMPODERADA,
– que podrá tener hijos o no, pero si los tiene nunca renunciará a sus aspiraciones personales,
– que tendrá unos gustos u otros, pero no los cambiará porque el mercado esté pensado para otras,
– que se sabrá diferente pero nunca permitirá que la hagan sentir rara,
– que buscará la igualdad de goce para sí misma y para su pareja, reflexionando y rectificando si se ha sacrificado por ella en exceso,
– que no accederá nunca a ser ‘un poquito menos lesbiana’ para no hacer daño a mamá, papá o al cura que la bautizó,
– que sabe que ser lesbiana puede tener tantas ventajas como inconvenientes, aunque se esforzará por disfrutar y difundir las primeras sin avergonzarse de los segundos.
Todo eso para mí es ser lesbiana y convivir con mujeres, lesbianas o no, luchar, sufrir y reír con ellas por un mundo mejor, y ME ENCANTA.
Perdona la chapa, Kika, pero tenía que soltarlo 😀
Perdona de qué, Olga!! A ti te estaba yo esperando 😉 Gracias por tu análisis tan magníficamente bien estructurado y narrado. Qué te voy a decir yo que tú ya no sepas…Pues sí, estoy totalmente de acuerdo: el EMPODERAMIENTO es el elemento transgresor, pues es el que nos permite mantener, siempre y a toda costa, la VISIBILIDAD, y es el que nos hace ser, no sé si más auténticas, pero sí desde luego más coherentes con nosotras mismas y con el mundo.
Abrazo enorme!!
Ah, y una pregunta también por aquí, que seguro que de esto tienes mucho que contar: ¿no echamos de menos eventos o espacios que nos unan? Con respecto al ocio, ¿qué nos gustaría tener como lesbianas que no tenemos? ¿Qué oferta nos gustaría encontrar en nuestra ciudad o municipio? O acaso no necesitamos nada especial y ando yo equivocada. BESOS!!!
Honestamente, creo que no necesitamos nada especial, SALVO quizá un compromiso con la defensa/reconocimiento de nuestra existencia por parte de los locales y comercios abiertos al público.
Esto podría sustanciarse con una red identificada con un distintivo de tipo «Lesbianas bienvenidas», » Lez – Friendly» o similar, que no sólo apoyara públicamente en su política de empresa la presencia de lesbianas visibles, sino que se comprometiera a intentar incluir/desarrollar productos, servicios y ofertas que sus propias clientas lesbianas les sugirieran mediante un «LesBuzón» o similar.
Es una forma de ser inclusivas y reivindicativas, pero sin generar guetos. Además, ya se ha visto que la oferta «Wimmin-only» no funciona comercial ni socialmente.
Hola Kika,
después de leer detenidamente tu post y todos los comentarios, muy variados y sugerentes todos ellos, voy a aportar mi opinión personal: en mi caso, al descubrir(me) lesbiana y al tomar la decisión de continuar siéndolo (desde mi juventud hasta el día de hoy, a punto de cumplir los 49 años y espero que ad eternum) lo que hice fue un acto de rebeldía. Ya era rebelde antes de descubrir mi lesbianismo, por tanto, lo que hice fue ser coherente conmigo misma, cosa que no le quita mérito al tema, por supuesto. Varios años más tarde, descubrí el complemento perfecto a mi rebeldía como joven lesbiana, mi feminismo. El feminismo hizo posible que tomara conciencia del corsé del heteropatriarcado, que nos aprieta a todas, aunque no todas tengan esta conciencia de opresión. Por tanto, yo no entiendo mi lesbianismo y mi feminismo como algo separado, sino que ambos son indisolubles, indisociables e inmanentes. Ahora me identifico como lesbiana feminista y hace un tiempo me identificaba como feminista lesbiana (el orden siempre altera el producto aunque tal vez lo haga sutilmente o de manera imperceptible). Creo que es justo que me sienta una lesbiana feminista porque descubrí primero mi lesbianismo y luego mi feminismo. Lo que sí que hizo mi feminismo fue hacerme comprender que era necesario ser una lesbiana visible y estar fuera del armario en todos los lugares, tiempos y formas del verbo. El feminismo me ha enseñado que lo personal es político, por tanto, mi lesbianismo no puede ser otra cosa más que una opción política. Una forma de estar y ser en el mundo que no es algo meramente íntimo ni privado. Yo veo, siento, pienso y ejerzo mi lesbianismo feminista igual que respiro. No sé responder a si el resto de mujeres lesbianas a las que has interpelado con tu pregunta-propuesta sienten, piensan o viven su lesbianismo de la misma manera, lo que sí es seguro es que, lo sepan o no, el ser lesbianas les hace estar en el punto de mira de los dardos del heteropatriarcado, por tanto, creo que es lo que tendríamos en común las mujeres lesbianas, esa opresión, que no es poca. El resto es pura e interesantísima diversidad. No hay ningún prototipo de «lesbiana» al que imitar, más bien hay todo un abanico de lesbianas que intentamos ser coherentes con nuestros sentires y existires y eso ya es mucho en algunos casos en los que la interseccionalidad hace que sea más difícil la visibilidad. Y quiero terminar este relato parafraseando humildemente a la gran Audre Lorde, por ello me enorgullece decir que soy una lesbiana feminista guerrera (no) madre, (con alma de) poeta, que hago mi trabajo. ¿Quiénes sois vosotras y cómo hacéis el vuestro?. Gracias a todas por vuestras aportaciones, gracias, Kika, por sacar este tema apasionante!!
Wow, Lena, qué pedazo cierre! 😉 Gracias por tu aportación. Lo cierto es que me estoy enriqueciendo muchísimo con todas y cada una, con las que estoy más en sintonía y con las que no. Me encanta el debate.
Te hago la misma pregunta que a otras, y me interesaría mucho conocer tu opinión: ¿no echamos de menos eventos o espacios que nos unan? Con respecto al ocio, ¿qué nos gustaría tener como lesbianas que no tenemos? ¿Qué oferta te gustaría encontrar en nuestra ciudad o municipio? O acaso no necesitamos nada especial y ando yo equivocada.
Un abrazo grande!!
Hola Kika,
yo echo de menos que haya muchas más mujeres creadoras en todas las artes que se identifiquen como lesbianas y produzcan obras a partir de sus vivencias. No siento tanto la necesidad de ir como «espectadora» a algún acto cultural en el que estemos de «espectadoras» otras mujeres lesbianas, sino más bien que sean las autoras las que desde su punto de vista nos expresen las múltiples facetas que supone ser lesbiana en un planeta de heterosexualidad obligatoria y que entre las personas «espectadoras» estén representadas todas las orientaciones sexuales e identidades de género. Me gustaría, por ejemplo, ir a un grupo de lectura de autoras lesbianas feministas, que se potencien más las películas en las que las mujeres lesbianas seamos protagonistas con referentes positivos, me gustaría que en las bibliotecas públicas haya lecturas o performances que contasen la vida de mujeres lesbianas feministas de la historia, o cuentos con protagonistas lesbianas o con familias LGTBI diversas. También me encantaría ver alguna obra de teatro que visibilizara la diversidad entre las mujeres lesbianas y todas las experiencias que podemos tener. Que se dieran a conocer los cómics feministas, que los hay, y que haya más autoras de cómic lesbianas, también me encantaría.
En cuanto al ocio, además de la lectura, el teatro, el cine y los cómics, sueño con viajar!!! Me encantaría que hubiera una ruta de lesbianas feministas ilustres y seguirlas por todo el mundo, montada en mi moto, jajaja (como una ruta 66, pero a lo bollo!!) Qué te parece la idea?
En fin, guapa, no se me ocurre nada más (y nada menos)… y si se me ocurriera, te lo mando.
Abrazos dulces!!
Hola, Kika, encantada de leerte, como siempre. Y encantada de leer todas las aportaciones.
Yo te puedo hablar únicamente desde mi experiencia personal. Cuando enfrenté mi lesbianismo, sentí una necesidad muy fuerte de conocer a mujeres que se sintiesen como yo, o de leer sus historias. Buscaba conocer mujeres que amasen a otras mujeres, o las hubiesen amado, como parte de un proceso de búsqueda personal. Con el tiempo, y tras un proceso de autodescubrimiento, me he dado cuenta de que entre nosotras hay una diversidad muy grande. Creo que las lesbianas con una carga ideológica más fuerte y con un sentido de comunidad mucho más forjado responden bastante bien a la descripción que das, pero en mi experiencia muchas de ellas no entran en tu descripción. Probablemente porque no formen parte de esa comunidad. Hay lesbianas que no viven en los márgenes. Hay lesbianas de derechas, que comen carne, que odian a los gatos y que tienen creencias religiosas tradicionales, o que son poco espirituales. Lesbianas sin huerto. Lesbianas poco creativas. Hay lesbianas que no se llevan bien con sus exes, y que no disfrutan formando parte de un grupo o comunidad. Lesbianas con mayoría de amigos y amigas heterosexuales. Yo de hecho creo que no encajo en muchas de las descripciones que das, aunque lo del empoderamiento lo comparto completamente. No concibo una persona que se considere lesbiana y que no esté empoderada. Creo que el proceso de reconocerte como lesbiana lleva a una cierta valentía que se refleja en muchos otros ámbitos de nuestra vida.
Tiene sentido hablar de un ocio lésbico, porque existe una comunidad lésbica que responde muy bien a la descripción que das, y que necesita que sus necesidades se cubran. Porque no siempre se ven cubiertas. Ahí existe un nicho de mercado interesante. Pero fuera de esa comunidad, que como toda comunidad tiene sus códigos y su memoria compartida, la diversidad entre nosotras es una realidad, al menos para mí
Querida, Maria Teresa! Antes que nada, una pregunta general: ¿me van a seguir recordando todas que «Hay lesbianas de derechas […] que tienen creencias religiosas tradicionales»? Por momentos tengo la sensación de que disfrutan diciéndomelo… 😛 (Jajajaja, es bromita, eh!!!?).
Bueno, y ahora en serio: te agradezco muchísimo tu aportación, porque siempre me dejas con la sensación de que sumamos, incluso cuando discrepamos. Y esa sensación es muy bonita y muy enriquecedora. Supongo que vendrá del respeto mutuo que existe 🙂
Imagino que sí, que yo tiendo a describir más las lesbianas feministas y que ya tienen un proceso avanzado en lo que a visibilidad y empoderamiento se refiere. Pero también es cierto que son con las que yo me suelo relacionar, aunque, obviamente, conozco de todo tipo y colores. Además, aquí estamos hablando todas de una orientación sin más, o sea, hemos cogido como variable estable «el ser lesbiana» sin tener en cuenta otras interseccionalidades (como muy bien ha explicado Olga). Sin ir más lejos, estamos presuponiendo la cisexualidad, pero…¿y si además esas lesbianas fueran trans? Ahí ya cambiarían las realidades seguro. En cualquier caso, me interesaba lo que nos unía: el lesbianismo, en este caso.
Y ahora algo que también me interesa mucho y que estamos dejando un poco atrás en este debate: el ocio lésbico. Me encantaría que me dijeras como «usuaria potencial», qué tipo de ocio o de actividades te gustaría tener y no tienes, o bien qué te encantaría tener como oferta. Invéntate la tuya ideal, si quieres 🙂
Un abrazo enorme!!
Yo seguiré discutiendo contigo, que sabes que me encanta 🙂 Y si hay que decir obviedades para divertirme un rato contigo, pues se hace 🙂
Ya en serio. ¿Qué tipo de ocio me gustaría tener? ¿Es posible juntar mujeres interesantes, libros, vino o cañas, una buena comida, campo y ciudad, buen cine, teatro, una exposición interesante, algo de deporte y alguna sorpresilla, que me encanta que me sorprendan, y sorprender? ¿Mi plan ideal? Muchos, en buena compañía. Ahora que lo pienso, me lo tengo que pensar un poco más 🙂 Prometo ser más concreta con algún plan específico, pero dame un par de días, que acabo de llegar de una de esas charlas de amigas que duran horas y que me entusiasman, pero me he tomado un par de vasos de vino. Suma charlas interesantes al plan 🙂
Que disfrutéis el final de semana todas!
Hola mi queridísima Kika.
Después de leer tu maravilloso argumento, en el cual estoy de acuerdo en casi todo, y de leer los comentarios tan instructivos de todas éstas maravillosas mujeres…..solo puedo decir que está muy claro que nosotras, las que hemos abierto nuestro mundo a la libertad de ser lesbianas, a lo maravilloso que es vivir, ser y estar como lesbianas…. hemos construido una enorme diversidad dentro de nuestro colectivo, que hace que seamos aún más ricas por nuestro aprendizaje.
Y me explico…
Mi generación se ha criado en éste heteropatriarcado normativo, como bien has explicado y hemos tenido que aprender a narices a romper esa puerta cerrada con mil cadenas, para hacernos a nosotras mismas, empoderarnos, visibilizarnos y así sacar nuestras alas a la libertad.
Quizás por esas luchas que hemos tenido y que aún por desgracia seguimos manteniendo, nos han hecho ser más abiertas, dar valor e importancia a la amistad y a la familia, más luchadoras, más entusiastas, más intuitivas, sin duda más inteligentes. Nos mueven las inquietudes y la curiosidad….se nos han agudizado todos los sentidos, para ser más listas y más abiertas para asimilar casi todo.
Y también hay veces que nos va el bollodrama, eso es cierto….jeje…☺
Yo desde hace un tiempo me defino a mi misma, como mujer, lesbiana y feminista….y desde ahí he comprendido quien soy y como quiero seguir siendo.
Una vez una persona muy querida para mi me dijo: » Ser lesbiana es una forma de vida»….sin duda cada día estoy más segura que eso es así, con todo lo bueno que eso conlleva, y lo duro que a veces resulta.
Yo si he experimentado mi espiritualidad, la cual me ha llenado muchos momentos, aunque la intento compaginar con algo terrenal para no salir en volandas….☺
Para terminar solo decir que somos diversas como individuas, complejas como cualquiera que sea un poco inteligente, y llenas de valores como mujeres que han luchado (poco o mucho) por ser quien quieren ser.
Y solo decir, que es lo que he vivido, por eso hablo de quien soy….yo….
Aaaaaah….lo del ocio…
Pocas oportunidades hay de una propuesta de ocio, salvo lo de siempre.
Con lo complejas que somos, con lo entusiastas, y culos inquietos …habría que trabajar en algo que nos ofrezca una mezcla de viajes, música, lectura, aventura….
Uhmmmm….habría que pensar en algo, porque sin duda no existe….jejeje
Un beso muy grande.
Marta…
Gracias por participar, Marta!! Una actividad que represente «viajes, música, lectura y aventura» todo junto y a la vez sería un buen libro, ¿no crees? 😉
Pero sí, hay que inventar algo, estoy contigo! 🙂
Otro beso para ti
Hola Kika,
me parece genial la iniciativa porque justamente desde que se lo pasé a mi novia, estamos debatiendo sobre «cómo son las lesbianas».
Yo tengo que decir que en mi caso descubrí muy tardíamente que me gustaban las chicas… De hecho, fue mi llegada a Madrid la que me hizo ver que quizá aquellas parejas que había tenido hasta entonces (chicos) no estaban mal, pero no eran totalmente aquello que provocaba en mí amor, pasión, deseo… La verdad es que viendo «La vida de Adelle» me sentí muy identificada cuando ella, en el instituto, le pregunta a otra amiga (heterosexual), si no siente que «le falta algo» cuando está con chicos.
En fin, a parte de esto, sí que me sentí feminista mucho antes, con lo cual para mí fue una sorpresa cuando, tras muchos años como feminista, empiezo a conocer a chicas lesbianas y descubro que no todas son conscientes de muchas cosas y que sus comportamientos reproducen modelos masculinos machistas. Bueno, por poner un ejemplo: mi eterna discusión con lesbianas que piensan que «si te gusta una chica con pelo corto y aspecto «masculino» pues entonces te gustan los chicos», o hablar de chicas que les resultan atractivas igual que lo haría un tío machista, tipo: «menudo culazo tiene esa», etc.
Yo, como peleo contra todas estas cosas, porque sí que creo que es necesario construir desde el feminismo, siempre se lo discuto, aunque por otra parte entiendo que muchas de estas chicas han encontrado «aceptación» entre sus grupos de amigos asumiendo que como a ambos les gustan las chicas, ese era el comportamiento más adecuado.
También tengo que decir que mi entorno más cercano de amigas, lesbianas o no, sobre todo hay muchas feministas, y esto te hace afrontar la dura realidad de otra forma.
Igualmente, en cuanto a cuestiones más concretas, para mí sí que el deseo pasa por el amor a otra mujer, a un deseo compartido y una mirada sobre el mundo común.
Yo no me enrollo más que además me pongo idealista y romántica…
No sé si tanta palabra ha servido de mucho… 🙂
Espero que sí!
Un beso!
Las palabras de todas siempre ayudan y sirven de mucho, Semíramis!! Gracias por compartirte con nosotras 🙂
Sí, la reproducción de roles en el sentido que tú describes es muy habitual entre lesbianas que no han tocado el feminismo. Y si todo quedara ahí… Pero desafortunadamente esos comportamientos muchas veces derivan en situaciones delicadas y de violencia. Arduo tema este también.
¿Y en cuanto al ocio? ¿Qué te gustaría que te ofertaran y no encuentras? ¿Alguna actividad que te encantaría que te ofrecieran?
Un abrazo grande!!
Me gustaría que hubiera muchas más opción de todo pensando en nosotras…en nuestros deseos. Una tontería…pero un gimnasio, por ejemplo. De esos de ciudad donde vas dos o tres veces a la semana. Y poder sentirte cómoda..
Me pasa que cuando salgo de Madrid (y me voy a Asturias, por ejemplo) hecho mucho de menos ver a otras lesbianas… simplemente cruzarnos por la calle. La visibilidad…hecho mucho de menos eso.
No quiero aquí contar mis frustraciones jajaja pero realmente me sorprende que haya muchos bares para gays pero apenas bares de lesbianas. No se trata sólo de ligar o no, sino de estar en un sitio con gente como tú…
En fin, al menos así lo siento yo…
Yo no se lo que soy!! Jaja. No me gustan las etiquetas.
Me case con un hombre y 19 años despues con una mujer, tengo un hijo de 22 años que a los 12 me dijo «mama tu eres bisex» .
No salí del armario, porque nunca estuve en el. He tenido la inmensa suerte, de que en los distintos grupos de amigas/os
( Adolescencia, luchas, trabajo, familia, amigos de Pablo (que es mi hijo y el nombre de mi vida), nunca me he sentido discriminada.
Suerte por haber amado y sido amada por hombres y mujeres, alguna tan joven que podía ser mi hija, llevo siete años casada con una «chicharrera» que tiene los tan lindos y azules como los tuyos Kika.
Somos personas, en nuestro caso mujeres libres y Como tal nos relacionamos en todos los aspectos de la vida, y creo que debemos hacerlo , solamente de acuerdo con nuestro corazón y nuestra propia coherencia sin discriminaciones ni ghetos.
No me hagáis mucho caso porque reflexionar con los perricos por encima, me está resultando complicado.
Besazos Murcianicos a todas!!!
Hola Kika,
Las lesbianas son muy diversas. Tengo 48 años y desde siempre me han gustado las mujeres. Pero a esto hay que añadir que siempre he roto el estereotipo de género que se esperaba de mí. Supongo que ahora dirían que era una niña con «disforia de géner»o y aunque al llegar a la adolescencia todo se ocultó con la etiqueta de «lesbiana», he de reconocer que esto me ha marcado y marca mi vida.
Bueno, partiendo de esta base,, respecto a las lesbianas sólo puedo decir que he conocido de muy diversas clases. Realmente yo no me reconozco cuando veo grupos de lesbianas todas tan femeninas. Pienso que también existen los estereotipos entre nosotras e incluso ciertas discriminaciones .
Tampoco me reconozco cuando , por ejemplo, me tiene que encantar ir de fiesta a no sé que discoteca de ambiente porque si no, no ligo. El ocio nocturno y tan a veces escondido e incluso forzado, me enerva un poco .Deberían haber opciones más abiertas y visibles , aunque igual para ello la sociedad también tendría que cambiar hacia más abierta y tolerante.
Soy docente y también reconozco que cuando entro en una clase mi radar se pone alerta. Queriendo o no , acabo conectando bastante bien con mis alumnas lesbianas y me gusta ayudar a que tomen con naturalidad su condición. Bueno, es para mí una pequeña alegría cuando pasa el tiempo y las encuentro en algún lugar o foto de Facebook viviendo su opción sexual la mar de felices sabiendo que yo he contribuido a ese bienestar personal. Ellas son otra generación a la que se le están presentando ayudas, herramientas y salidas que en mi adolescencia y juventud no existían.
Bueno , no sé si me dejo algo más que decir en el tintero. Me ha gustado mucho poder expresar mi opinión . Parece una pregunta simple pero tiene su miga.
Gracias Kika!
Un saludo a todas!
Hola kika,
Una lesbiana es una mujer que tiene como pareja otra mujer. Y por esto, va contra el sistema establecido, por siglos en el que todavía está la influencia de la religión entrometiendose en la vida de la gente, diciendo como deben vivirla. Al ir contra el sistema, te ponen etiquetas ( que en mi caso no fue por lesbiana, sino por hacer artes marciales en una época en la que no estaba bien visto que las niñas las practicaran, y luego al hacerme vegetariana cuando era raro ver eso) y eso te hace aprender a estar sola y buscar tu espacio, con lo cual, yo por menos aprendi a reflexionar mas que la gente de mi edad, a tener ese dialogo interior, que me hizo no tener dependencias de las opiniones ajenas ( aunque te las dan igualmente ), de fuera te ven mas independiente, rebelde, autosuficiente. ( otra vez poniéndote etiquetas )
Y por ese estar contigo misma, pienso que se puede encontrar que entre las lesbianas haya mas mujeres conscientes con el medio ambiente, el respeto a los animales, practiquen la vida sana ( aunque lo de vegetariana en España no tanto, pero si de Estados Unidos y Europa, en mi experiencia) o les interese la cultura y la diversidad en general no impuesta.
Creo que me enrollé un poco y lo que quiero decir es que al estar mas contigo misma, eres mas consciente de lo que te gusta o no. También creo que esto pasa con cualquier colectivo o persona que vaya contra lo establecido como «normal» e impuesto.
Creo q hay infinidad de lesbianas jóvenes q no tienen ni idea ni de feminismo ni de su doble discriminación, son exactamente iguales q las heteros q tampoco tienen ni idea. Son machistas y están totalmente absorbidas por el sistema. Me da rabia pero es la realidad con la q yo me he topado últimamente. Yo de momento soy heteroaburrida 😉
Pues como todas, pero con más empatía hacia todo lo que tenga que ver con las mujeres. Y claro más guapetonas también.
Kika, me he reído muchísimo con algunas de las cosas y características que describes…
Me siento identificada con muchas muchas de ellas…
Ósea que parecería que hay un prototipo de mujer lesbiana…pero ahora es cuando te cuento que me siento atraída por mujeres del mismo modo que por hombres…ósea que soy BISEXUAL… lo que me hace pensar que muchas de estas características tiene mas que ver con el tipo de persona que eres que con la orientación sexual…
Cierto es que muchas veces he pensado que hay un tipo de mujer lesbiana pero cuando miro a mi alrededor en Galehi o en la BqE me doy cuenta que cada una somos aún de nuestra madre y de nuestro padre, porque aún no hay ninguna perteneciente a estos grupos sociales que sean hijas de homosexuales la verdad…
Es cierto que la gran mayoría de mis amigas les valdría esa descripción pero eso me hace pensar que tiene que ver con las personas que eliges para andar tu camino que generalmente es más parecida a una misma que en que cama entran….
Ainss que lío m arme al final
Espero que me haya explicado
Mil
Besos
¡Buenas Kika!
Pues yo creo que las lesbianas somos la leche jajajaja.
Creo que somos más libres, hemos tenido que luchar contra nuestros miedos y contra una sociedad que no nos lo pone fácil. Pero supongo que esto no es sólo característico de las lesbianas, creo que las sexualidades e identidades disidentes lo son por regla general.
No sé si somos más viajeras, pero creo que al soltar lastre desprendiéndonos de nuestros miedos, nos lanzamos a nuevas aventuras: a nivel empresarias, a nivel personal, en todos los niveles.
Creo que somos más leales con las demás mujeres que las mujeres heterosexuales. Pero no porque en nuestros genes vaya implícita la lealtad y en los de las mujeres hetero no (la homosexualidad no es cuestión de genes) sino porque nos hemos librado, en la mayoría de ocasiones, de ese yugo patriarcal que dice que las demás mujeres son nuestras enemigas. Nosotras sabemos que no lo son y cuidamos a nuestras amigas muchísimo.
Creo que, en general, somos mujeres cultas. Supongo que el hecho de buscar explicación a lo que somos hace que naveguemos incesantemente por literatura, cine, música de otras mujeres y, también, de mujeres lesbianas.
Creo que somos divertidas. Supongo que liberarnos de las ataduras sociales nos hace desinhibidas. .
Somos interesantes: somos cultas, somos aventureras. Eso junto es una mezcla perfecta, muy atractiva.
Pero todo esto son generalizaciones, porque lhay lesbianas encadenadas y libres, las hay aventureras y sedentarias, las hay leales y traicioneras. También las hay feministas y tremendamente machistas. Las hay cultas y de un nivel cultural bajo. Las hay interesantes y las hay aburridas… en definitiva las lesbianas somos de mil maneras, tantas como lesbianas hay (y hay un montón, algunas aún no lo saben jajajaja)
Un besote.
Macarena Aguilar.
Lesbiana.
Y sobre lo del ocio que preguntas más arriba:
Yo creo que hacen falta más espacios que nos unan. Están bien los festivales de verano (tipo Circuit) o las fiestas (tipo NST) pero creo que hacen falta otro tipo de eventos. No sé, espacios de debate, espacios culturales, eventos para familias homoparentales lésbicas…
También sucede que normalmente los espacios de ocio de los que disfrutamos las lesbianas acaban siendo invadidos por hombres. Que no rechazo los sitios mixtos ni mucho menos, pero en la ciudad donde vivo, por ejemplo, uno de los pubs que era lésbico ya no puede decirse que lo sea. Me gustaría encontrar espacios de ocio (no me refiero sólo a pubs o bares) que fueran únicamente para mujeres y mujeres lesbianas. Donde compartir, debatir, crear, imaginar… lugares donde lo mismo puedes tomarte un café, que asistir a una obra de teatro, a un recital de poesía, a una reunión de grupos activistas… espacio multidisciplinar lo llaman ¿no? pues eso.
Y si me preguntas si echo de menos lugares de ocio en mi ciudad, supongo que sabes la respuesta: sí. Los echo de menos.
Interesante propuesta la q planteas, Kika, aunque describir a un colectivo tan amplio y diverso me resulta complicado. Yo me identifico como bisexual y es una etiqueta que he vuelto a verbalizar recientemente, después de muchos años de relaciones heteros y con cierto miedo a perder el privilegio que esto implica. Me reconozco en lo que cuentas, más por feminista que por mi orientación sexual y es que, supongo que desde esa posición privilegiada de la heterosexualidad, la etiqueta de la orientación sexual es menos relevante, porque no discrimina tus vivencias ni hace que algunas personas te miren con rechazo.
Respecto al ocio, más que una oferta cultural específica yo echo de menos espacios en los que compartir más allá de los bares de Chueca, que tienen pocas opciones para lesbianas y poco variadas, o así lo he vivido yo. Por eso, para mí estos espacios no solo tendrían que ser les friendly sino feministas, porque sin ese enfoque político se me queda incompleto el plan.
No creo necesitar una oferta cultural completa, pero sí me gustaría contar con más referentes en las distintas disciplinas artísticas (cine, teatro, literatura…). Sí me gustaría encontrarme historias protagonizadas por mujeres lesbianas que además fueran más reales y representativas que lo que suelen venderte en los productos de masas.
Seguiré dándole vueltas a ver si se me ocurren más propuestas.
Abrazos, guapa!
Lo prometido es deuda, aunque sea tarde Kika….anduve yo , Ges, dispersa.
Y ahora, en reflexión porque me gusta tanto una mujer, me tiro a la piscina del juego.
No he tenido duda ninguna de mi identidad lésbica (sumo identidades no orientaciones).
Como anécdota decir que a los ocho años promulgaba a los cuatro vientos de que era TORTILLERA!!! Pobre de mí que aquello decía más que etiquetarme por mi plato preferido de comida ????? Ingenua antes y ahora pero tirá pa’lante con mi etiqueta, ampliando para construirme, la cargue conmigo.
Me gustan las mujeres, la belleza, la elegancia, la excitante premura y el retén sublime y eterno . (Aquí hay sensualidad y sexualidad)
Me gustan los cuerpos, las personas que los poseen , sin géneros, sin sexos . El poder de lo atractivo (faltaría lo que tiene el anterior).
No siento, ahora, pues en la de construcción si, moviéndome en un sentimiento distinto al de una mujer hetero.
Me explico, partiendo de que somos personas , mujeres y únicas , la diferencia sólo la establece ÚNICAS.
Ya ves! y lo pongo en mayúsculas para empequeñecer (si existe) la diferencia en el binomio les-hetero
Un abrazo guapetona
Interesante tema Kika!
Yo me pregunto: ¿cuando decimos describir lo que vemos estamos de veras describiendo lo que vemos o estamos repitiendo o innovando alguna historia que nos contamos/nos vienen contando?
Voy a intentar hablar sobre lo que veo…
Diría que lo único que tenemos en común quienes nos identificamos como lesbianas es que en algún momento de nuestras vidas consideramos que corresponde incluirnos en esta categoría que todas sabemos estigmatizada y estigmatizante. Y que lo único que tienen en común quienes son identificadas por otras personas como lesbianas es que en algún momento de sus vidas alguien (o muchas personas) consideran que corresponde incluirlas en esta categoría estigmatizada y estigmatizante, lo cual supondrá que las traten diferente (que no necesariamente mal, dependerá de quien las considera lesbianas) que si nos las incluyeran ahí. Y que no necesariamente quien se identifica como lesbiana es identificada por otras personas como lesbiana, y viceversa.
Por lo demás a algunas se nos incluyó en la categoría “mujeres” pero nunca sentimos que lo fuéramos, o no del todo, o en alguna época de nuestra vida no y en otras sí. No es una experiencia exclusiva de quienes algún día se identificaran como lesbianas, también lo han vivido algunas que se dicen heteros. O que ni lo uno ni lo otro. Otras lo aceptaron sin más, les decían que eran mujeres, les trataban como se decía que se trata a las mujeres y creyeron que eran mujeres, sin mayor problema. O con algunos problemas porque aunque se creyeron mujeres no aceptaron como se decía que había que tratar a las mujeres o el lugar que se decía que correspondía a las mujeres. A otras sin embargo se les incluyó en la categoría “varones” pero desde siempre o a partir de algún momento empezaron a sentir que no lo eran. Etcétera. Hay muchas historias diferentes en relación al sexo/género asignado.
Fuera cual fuera nuestra historia, pronto vimos y escuchamos que las mujeres se enamoran de varones y entonces se emparejan con ellos, etcétera, pero quizás durante toda nuestra infancia no supimos nada de mujeres que lo hacen con otras mujeres, o igual sí, quizás se usaba como insulto en nuestro cole, o vimos alguna peli, o en nuestra familia se rumoreaba algo de alguien, o incluso crecimos cerca de alguien que así vivía. Pero la mayoría de la gente que nos rodeaba no lo hacía y seguramente pronto advertimos algún grado de rechazo (no todas el mismo grado, dependerá del entorno de cada cual, los hay más y menos lesbófobos, y de su sensibilidad, no todo el mundo percibe igual). Y creceríamos con más o menos consciencia de esa posibilidad, y también con una creencia más o menos intensa de que es algo normal, o de que es algo anormal. Cada cual interpretándolo y valorándola a su manera en función de lo que le llegaba de su alrededor y de cómo era ella (alguien que crece en un entorno conservador y lesbófobo puede leer la autobiografía de una artista lesbiana y crecer con la idea de que mola serlo aunque en su entorno sea difícil).
En algún momento sentimos cosas hacia otras personas que entran dentro de la categoría “deseo sexual” o “enamoramiento” o “encaprichamiento”. A saber qué edad tendríamos pero eso que experimentábamos no era lo mismo que “fulanitx y menganitx son mis amigxs”. A esas alturas de nuestra vida (y aunque nos pasara de crías) quizás ya habíamos visto y escuchado lo suyo sobre nuestra sociedad y sabíamos que “eso” era algo con su cierta trascendencia, más que un “pepa me cae bien”. Lo mismo también que era algo un tanto pecaminoso, o avergonzante, o genial, a saber qué nos había llegado a nosotras sobre el asunto. Pero quizás supiéramos que era algo que a las mujeres les suele pasar con los varones y que entonces corresponde meterse mano o echar un polvo o emparejarse o casarse o tener hijos o pasar la vida juntos. Si no era un varón quien nos lo provocaba es probable que entonces anduviéramos un tanto perplejas, o tremendamente perplejas, quizás incluso asustadas, o aterradas. Aunque igual por aquel entonces no nos dimos cuenta de que “eso” que sentíamos es lo que se supone que debería conducirnos a polvos o a matrimonios e hijxs.
También en algún momento quizás mantuvimos alguna relación con alguien a quien llamábamos “novio”. Lo mismo solo teníamos 6 años y a saber qué entendíamos por “novio” pero a nuestra familia le hacia gracia el asunto, o era lo que veíamos en la tele y no hacíamos más que imitar una cosa más de nuestro mundo. O teníamos 15, era el chico más guapo de la clase y nosotras molábamos por tener un novio y que encima fuera él. O teníamos 15, nos gustaba nuestra amiga y queríamos ser normales, o quizás solo parecerlo mientras nos besábamos con nuestra amiga por los baños del colegio. O teníamos 30 y nos casamos con él y tuvimos hijxs porque se supone que de eso va la vida, o porque el tipo nos era simpático y de eso va la vida, o porque nos gustaba de veras y de eso va la vida. O porque no pretendíamos pasarnos la vida besando a escondidas en un baño y quisimos vivir como el resto.
Llegadas a este punto nuestras historias pueden venir siendo de lo más diferentes. Y nosotras por supuesto que también. De derechas, de izquierdas, rebeldes, sumisas, valientes, temerosas, innovadoras, tradicionales, feministas, machistas, cabronas, bondadosas, etcétera. Aparte de ricas, pobres, médicos, limpiadoras, autóctonas, migrantes, del sur, del norte, blancas, negras, etcétera. Pero en algún momento todas decidimos que nos correspondía el término “lesbiana”.
¿Cómo llegamos a esa conclusión? En nuestra sociedad se dicen cosas como que las mujeres que aman a mujeres son lesbianas, o que las mujeres que prefieren a mujeres son lesbianas…
Así las cosas, nosotras concluimos que debemos ser lesbianas porque siempre nos calentaron mujeres, o igual porque siempre preferimos vincularnos emocionalmente con mujeres, o porque nuestros enamoramientos más intensos han sido hacia mujeres, o porque si bien nuestras relaciones sexuales y sexoafectivas con varones han sido buenas resulta que las que hemos mantenido con mujeres han sido aún mejores, o porque siempre nos gustaron los varones hasta que un día nos gustó una mujer y desde entonces preferimos estar con mujeres, o porque nunca nos interesamos por nadie pero un día no sabemos ni cómo empezamos con una mujer y hoy continuamos con ella, o no nos interesa el sexo pero nos gusta convivir y querer o ser queridas por otra mujer, o porque no soportamos el machismo así que si bien un tipo nos puede parecer atractivo no soportamos mayor relación con ellos y preferimos a las mujeres. A saber, aquí también hay tantas razones diferentes para concluir que “soy lesbiana”. Encima, dado que ni percibimos lo mismo y ni tan siquiera entendemos estas categorías igual, podemos no estar de acuerdo: tú dices que eres “lesbiana” pero para mi lo que corresponde es decirte “bisexual”, o tú dices que no eres ni mujer ni varón, ni lesbiana ni hetero, que no crees en estas categorías, o que directamente las condenas y rechazas, y yo digo que corresponde incluirte en la categoría “mujer lesbiana”.
Y hasta aquí mi pequeña pero bien extensa 😉 aportación.
Saludos Kika
me ha encantado tu opinión
¿Cómo somos? ¿Cómo es un hétero?
Somos personas. No muchomás para agregar.
Tengo mucho de lo que discernir sobre la preguna lanzada ¿ Como somos las lesbianas? y lo que se ha escrito.
Somos mujeres.
Interesante tema para mi podcast.
¿Cómo somos? Personas, dentro de este concepto: ¿Cómo podemos diferenciarnos? ¿Cómo conocer a alguien en el metro?¿O haciendo la compra en un supermercado?¿Existe ese radar?
De por sí, lo tenemos menos sencillo que las heterosexuales. Pero una mujer lesbiana queriéndose enamorar, ¡Qué dificil!
Mujeres, totalmente mujeres, que nos gustan las mujeres, totalmente mujeres.
Gracias Kika, por tu aportación, un gusto leer un debate y cuestiones desde el respeto y tolerancia
Hola , Kika. Me llamo Yolanda y soy heterosexual.Me gusta como describes a las mujeres lesbianas,Tengo muchos amigos Gays pero nunca he tenido una amiga lesbiana y no porque no haya querido sino porque se muestran distantes y en ocasiones he llegado a considerarlas elitistas. Claro ahora leyendo tu artículo lo veo todo desde otro punto de vista y reconozco que son discriminadas por muchos. Y de eso comprendo bastante, de discriminación
Agradezco haber leído tu artículo y quién sabe si por aquí comience una amistad con alguna mujer lesbiana..