Este fin de semana pasado (18, 19 y 20 de noviembre de 2016) asistimos a las VI Jornadas de Educación organizadas por la FELGTB en Mérida, en donde nos recibieron con todo el amor activista del mundo las compañeras de Extremadura Entiende. Las jornadas tuvieron una afluencia magnífica, ya que asistió un elevado número de docentes interesadxs en formarse e informarse en cómo tratar y llevar las realidades LGBTI al aula. Las Jornadas contaron con un programa fantástico y muy completo en el que tuve la inmensa suerte de participar. Lo hice de la mano de mi compañero Juan Manuel Carrasco, del grupo de Educación de COGAM y profe también de Secundaria. Nuestra mesa se llamaba Visibilidad en las aulas.

Al concluir nuestra intervención, dimos la palabra al público para crear debate. Al final de las intervenciones del público, hubo una última palabra que nos dejó a lxs allí presentes con cara de no dar crédito a lo que estábamos escuchando. Tanto mi rostro como el de la compañera que moderaba la mesa quedaron como para inspirar un poema épico, aquí la prueba:

Una profesora del público asistente alzó su mano para protestar porque se sentía discriminada porque la «h» (de heterosexual) no aparecía en nuestras siglas. No entendía por qué pretendíamos que ella trabajara estos temas en sus aulas si al fin y al cabo esta es «una causa que no es suya». Nos decía que si no incluíamos la H era porque íbamos contra ella (de la H), y argumentaba que no todas las personas heterosexuales eran malas, que había heterosexuales buenos y malos. Expresó que no sabía si era la única que había pensado en ello a lo largo de las jornadas, o si acaso alguien más se había sentido discriminado.

Yo le contesté en cuanto me pasaron un micrófono; en breve colgaremos las intervenciones y podrán escucharlo todo.

Hoy, sin embargo, no podría evitar preguntarle: ¿Alguna vez te has planteado también por qué existe el Día del Niñx y no el Día del Adultx? ¿Te has sentido discriminada por ello? ¿Qué discriminación has podido sentir tú por el hecho de ser heterosexual? Algunas personas sufrimos discriminación de manera gratuita por el simple hecho de ser o de existir, como por ejemplo las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, ya cargamos con una mochila de exclusión en nuestras espaldas. El colectivo LGBTI es discriminado a nivel jurídico, económico y social por tener una identidad sexual o de género distinta a la del resto del mundo, es decir, por no ser personas heteronormativas (con todo lo que ello implica en cuanto a sexualidad e identidad).

En cualquier caso, el argumento de esta mujer no es una excepción, es un argumento que circula en la sociedad y entre una parte nada desdeñable del profesorado. Así es que intentaré dar con calma la respuesta –que debería haber dado sin duda in situ– a la intervención de la profesora y, en especial, a la siguiente pregunta:

¿POR QUÉ LA H NO ESTÁ INCLUIDA EN LA LUCHA POR LOS DERECHOS LGBTI?

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Ilustración de Macarena Aguilar

Mi respuesta debería haber sido la siguiente:

Seré clara, directa y concisa para que me entiendas: 

el día en que te violen como medida correctiva para curarte tu heterosexualidad; el día en que te metan en la cárcel por ser heterosexual; el día en que te apedreen o te obliguen a exiliarte de tu país por ser heterosexual; el día en que te den una paliza por la calle por ir con tu chico de la mano o te echen de los sitios (bares, restaurantes, discotecas, cafeterías…) por tener muestras de cariño con tu pareja hetero; el día en que te insulten en el instituto y hablen de ti a las espaldas por ser heterosexual; el día en que te den una paliza porque tus genitales y tu expresión del género sí se corresponden con el sexo asignado al nacer; el día en que tu hijo o hija sufra acoso escolar por ser heterosexual; el día en que se te pase por la cabeza suicidarte porque no soportas más la presión de ser heterosexual en una sociedad tan cruel hacia las personas que sienten como tú; el día en que no puedas pasear de la mano tranquila con tu novio o marido sin que la gente se voltee para mirarte, criticarte y a menudo insultarte… Ese día –y no otro cualquiera como hoy–, ese día te invitamos a que te dirijas inmediatamente a cualquier asociación LGBTI, o incluso a la FELGTB, y solicites que incluyamos la H en nuestras siglas. Te aseguro que si ese día llegara, incluiríamos una h sonora –que no muda– entre las causas de nuestra lucha. Pero mientras, te pedimos respeto y te invitamos a unirte desde tu posición de privilegiada a nuestra lucha. 

Además, como profesora que eres y que soy, me siento en la obligación de informarte de que no actuar porque «esta causa no es la tuya» implica una actitud de «Omisión del deber del cuidado» que está tipificado como incumplimiento del deber en el artículo 1903 del Código Civil. Por lo tanto, como docente de la Educación Pública de este país tienes la obligación de prestar atención y atender al alumnado perteneciente a minorías en riesgo de exclusión: tanto para prevenir como para actuar en caso de discriminación. 

Asimismo, y para concluir, pediría un ejercicio de autocrítica y un poco más de humildad  a la hora de ejercer el poder que otorga el privilegio. Y que quede bien claro desde aquí que los derechos de las personas LGBTI son Derechos Humanos fundamentales.