[Me cae usted mal, así que] Por motivos ajenos a nuestra voluntad, nos vemos en la obligación de bajarle el sueldo y, siguiendo la línea general dentro de nuestra política empresarial, estará usted de acuerdo con nosotros al considerar que, por el bien de nuestra plantilla, tenemos que reorganizar su horario. [Ah, ¿¿se queja usted?? Pues] Le informo asimismo de que, por necesidades internas, su puesto en este lugar queda suspendido indefinidamente hasta nuevo aviso, por lo que su nuevo lugar de trabajo será otra ciudad. Tiene este fin de semana para mudarse. [¿¿Cómo, me reclama sus días según el Estatuto de los Trabajadores para la mudanza?? ¡¡Qué ingenu@!!]. En caso de que necesitara más días para la mudanza, lo consultaré con mis superiores y le informaré de su opinión. Para compensarle, tengo el privilegio de comunicarle que lo ascendemos de categoría y, dada la confianza que tenemos en usted, depositamos en sus manos mayores responsabilidades. Entenderá usted que, dado que la crisis no afloja, su sueldo no se verá compensado; pero ya vendrán tiempos mejores.

Y uno se pregunta si reír o si echarse a llorar…

Si esto no favorece el mobbing, ¡que venga Diosa y lo vea! ¿Alguien se cree que en tiempos de crisis las empresas van a aprovechar para contratar? Un empresario que ve su empresa amenazada por la crisis y que cuente con overbooking de empleados como consecuencia de los tiempos de vacas gordas va a aprovechar la nueva Reforma para despedir a diestro y siniestro bajo el pretexto de “salvar su economía”. Y que les den morcilla a todos los derechos conseguidos hasta la fecha por los trabajadores. ¿Tantas décadas de lucha (de la de verdad, que yo aún recuerdo a mi padre dejándose la piel y la vida desde el sindicato hace 30 años para conseguir dignidad laboral) para nada?

La realidad es que la mayoría de las grandes empresas aprovechan las crisis para cerrar, limpiar, volver a abrir y crecer y crecer. No se tambalean. Muy por el contrario aprovechan la ocasión para renovarse. Si esto ya era así antes, ¡abróchense, que vienen curvas y curvones! A saber: cambio de horario sin avisar, cambio de ciudad, bajar el sueldo si se justifican 5 meses de bajada de ingresos, subir responsabilidades y categoría pero no así el sueldo.

Ah, disculpen, nos olvidábamos de otro pequeño detalle (entre tantos): aquellas empresas con menos de 50 emplead@s, podrán tener a un/a trabajador/a en activo durante un año, transcurrido el cual, si no queda satisfecho, podrán despedirla/o sin indemnización. ¿Cómo se te queda el cuerpo? ¿¡Mal!? Pues crucemos mares (los dedos se nos quedan cortos), encendamos faros (las velas no pueden con tanto), o lo que se nos ocurra. Esto último ha sido declarado “inconstitucional” por parte de los sindicatos, quienes, al parecer, han tomado las medidas pertinentes. Así que, con un poco de suerte, cambiamos algo.

Sí, es indignante. Desde luego, yo estoy con la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner: «¡Qué suertudos son los españoles! Bajas sueldos, despidos masivos, recortas calidad de vida, quitas derechos… y los sindicatos aún se están planteando si acaso en un futuro podrían convocar una huelga general«. Sí, señora, tiene usted toda la razón del mundo. Está claro que, como Presidenta, no debe dar crédito a lo que ve.

Y a ustedes, les queda claro quiénes serán las grandes perjudicadas de todo esto, ¿verdad? Sí, que no les quepa la menor duda: las mujeres (tampoco hay que ser muy list@ para darse cuenta). Llegadas a este punto, podríamos lanzar una pregunta con la esperanza de que alguien que se sienta aludida conteste como si le explicara a una niña de cinco años: ¿Cómo se hace para ser mujer y convivir dentro del PP? Y, peor aún, ¿mujer, lesbiana y PP, cómo conviven en un mismo espacio? ¿Qué les dicen para no sentirse insultadas, vejadas y humilladas?

Para concluir, les dejo con la lectura de un artículo muy bueno (en mi opinión) de Alicia Miyares (escritora feminista, o viceversa) titulado Yo acuso. Les recomiendo su lectura.