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El pasado 7 y 8 de mayo e 2016 tuvo lugar en Madrid la feria Surrofair sobre vientres de alquiler. Aquí les dejo mi artículo de Tribuna Feminista…

Me pregunto si ser lesbiana y posicionarte en contra de la llamada “gestación subrogada” equivaldrá a que se caiga la G de mi larga trayectoria de activismo por los derechos Lgbti. Pero resulta que, además de lesbiana, soy feminista, y mi manera de entender el feminismo me impide aceptar cualquier abuso hacia las mujeres y todo tipo de mercantilización de nuestros cuerpos.

Bastante tenemos con lidiar constantemente con la imposición de la maternidad que de manera tan dulce y sibilina nos inyecta el patriarcado a las mujeres, como para tener ahora que tragar que la maternidad (ese deseo instintivo y natural que llevamos las mujeres en ese gen aún por descubrir), no sólo es un deseo maravilloso y encantador, sino que ahora, además, quieren convertirlo en derecho.

¿Y la paternidad? Pues otro gen biológico no identificado y, por tanto, otro derecho a tener en cuenta. Y digo yo: si de verdad desean ser padres y/o madres (algo que considero más que loable), ¿por qué no recurren a la adopción? Si en realidad piensan – como yo misma pienso también – que “la maternidad no se limita ni se reduce ni equivale a engendrar y a parir, sino que ser madre o padre implica la crianza y educación de un ser humano”, la adopción es una opción maravillosa, porque exalta en las personas adoptantes el mismo altruismo que resaltan de las madres gestantes que alquilan sus úteros las empresas que están tras los vientres en alquiler. La gran mayoría de mujeres que desean la maternidad y no pueden gestar una criatura, recurre a la adopción; o bien desiste y no tiene descendencia.

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